Carlos D. Mesa Gisbert
Acabo de leer “Con las armas”. Me ha dejado sin aliento. Igual que dice Juan Ignacio Siles en la introducción del libro, estaba convencido de que no se podía decir nada nuevo sobre la presencia del Che en Bolivia, que todo había sido escarbado, pero no. Su autor, Gustavo Rodríguez, prueba -una vez más- el éxito de la combinación de escudriñar hasta la obsesión, hechos, circunstancias y detalles que -por nimios que parezcan- explican muchas cosas y la tarea de reconstrucción histórica de gran alcance. Da la impresión de que no hay un día, desde la llegada de Guevara a La Paz, que no esté contado en estas páginas.
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