América Latina no se puede pensar sin México. De las dos grandes potencias regionales, la otra –por supuesto- es Brasil, por muchas razones México es la más latinoamericana de las dos. La que ha mirado más a la región y se ha comprometido más con ella.
México tiene una historia intensa que retrata nuestro sino. Desde las brumas del mundo indígena de los orígenes hasta la gran civilización azteca y el drama del choque entre la figura gigantesca e implacable de Hernán Cortés y la atribulada y fatalista de Moctezuma. México fue una de las perlas del imperio hispánico, protagonista del heroico camino de la independencia de la mano de Hidalgo y fuego de Revolución a principios del siglo XX, aquella que inspiró las mayores transformaciones continentales de la pasada centuria.
México está hoy frente al espejo. En las elecciones más grandes y complejas de su historia se preguntó a sí misma sobre su destino. ¿Puede sobrevivir el sistema político al escepticismo y hartazgo de los mexicanos? ¿Tiene una respuesta mínimamente viable a la violencia brutal que ha metido en el mismo pantano al crimen organizado y a las fuerzas del orden? ¿Está en condiciones de responder al estrafalario gobernante del norte y su actitud ante la migración, o ante sus amenazas de terminar con el TLC? ¿Construirá una respuesta creíble a la corrupción galopante que amenaza muchas de sus estructuras nacionales?
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hijo al fin de la impresionante maquina priista de sus años dorados, que pareció muerto y enterrado políticamente después de su testarudo cerco a Felipe Calderón y, más aún, tras su segundo fracaso frente a EnriquePeña Nieto, demuestra no sólo que es incombustible, sino que tiene las respuestas útiles en aguas turbulentas y ante rostros desencantados.
Su figura, que arrasó en la carrera por la presidencia tras las elecciones presidenciales del 1º de julio de 2018, es una incógnita ¿Cuál AMLO será Presidente? ¿El eficiente y exitoso Jefe de Gobierno de México DF (hoy Ciudad de México)? ¿El líder estridente que hizo tomar la testera del Congreso el día en que juró Calderón? ¿El populista de discursos inflamados y propuestas inciertas? ¿El posible heredero del fuerte peso estatal del mítico Cárdenas?
Me da la impresión, si se sigue su tradición política, que López Obrador será un gobernante pragmático. No es un bisoño ni mucho menos, ha afrontado muchos y distintos desafíos. Ha sido capaz de entender que el agotamiento del PRI, el PAN y ni digamos el PRD, hizo que los gritos de estos partidos que buscaron ganarle por el miedo con la amenaza de ¡Qué viene el lobo!, cayeran en saco roto. Lo que la gente quiere en México es que venga porque en opinión de muchos, el lobo está encarnado en el sistema. AMLO es, paradójicamente, quien representa el cambio que todos anhelan, a pesar de la evidencia de que nació en el seno de los viejos partidos y allí se formó. Por eso, la creación de MORENA, su nuevo partido, fue un acierto político. No sólo por el nombre, que tiene una clara intención de identificación en un país en el que la piel morena es un símbolo ardiente de mexicanidad, sino porque marcó la idea de la ruptura en un momento en que la ruptura era imprescindible…
La palabra populismo, concepto que tal como actuó en los últimos años parece identificarlo, abarca, igual que la palabra nacionalismo, muchos sentidos. Cómo decía Walter Guevara en ese recipiente cabe igual el agua que el aceite o que el vino, por definir no define nada, por abarcar lo abarca todo. La teoría es que el populismo, hijo de la abundancia, es sólo una suma de promesas, un camino sin retorno a la distribución de lo que se tiene y lo que no se tiene… pero quizás en este caso esa interpretación no sea suficiente.
López Obrador llega a un país de una gran complejidad, una potencia de rango mundial en el contexto de contradicciones, debilidades y pobreza que la lastran, pero sobre la realidad de una base industrial respetable, de unas exportaciones millonarias, un crecimiento en recuperación y unas condiciones institucionales más fuertes de las que los propios mexicanos se atreven a reconocer, golpeados por la sensación de un mar de sangre sin control.
Si es lo que parece, el buen sentido le indicará un camino relativamente heterodoxo pero no delirante, una política social agresiva pero no irresponsable, una postura firme pero no suicida con su vecino más importante, y una reelaboración serena de los doce años de una política estéril y contraproducente contra el crimen organizado.
A fin de cuentas lo que el probable ganador de las elecciones tendrá que responder es si se trata del último Presidente del viejo esquema o el primero de una nueva estructura política.
Todavía es pronto para saber si el canto de sirena del poder total resuena o no en sus oídos.
¿México es mas latinoamericano que Brasil?
¿Por que?, ¿por que son mas parecidos a bolivianos, peruanos y ecuatorianos?
¿venezolanos, colombianos, paraguayos, uruguayos, chilenos argentinos y brasileros, no cuentan? (por nombrar solo a sudamericanos)
La antropología menciona que el etnocentrismo da una visión sesgada de una realidad.
México y Brasil al igual que los demás países de Latinoamérica tienen un origen similar.
Por el camino de López Obrador:
Según varios periodistas mexicanos, los publicistas de Estados unidos Morris y Solá, utilizarón una técnica hitleriana(Una mentira que se repite muchas veces se convierte en verdad) para desprestigiar a Lopez Obrador desde el 2006 manejaron una frase: “Lopéz Obrador es un peligro para México”, para evitar en sus aspiraciones de ser presidente y que les funcionó en 2006 a esto se sumó un descarado fraude electoral para que Peña Nieto y ex presidentes de México tomaran el control del poder total en este País.
Éste 2018 nuevamente junto al control de los medios masivos de comunicación, el estado liderado por Peña Nieto y los publicistas estadounidenses, nuevamente se dieron a la tarea de desprestigiar a Obrador, pero esta véz, no les funcionó ni pudieron consumar el fraude aunque todavía no se hizo una auditoría de datos a las autoridades del control Electoral mexicano(INE).
Durante su campaña y después de su aplastante victoria que le dió el pueblo mexicano, Lopez Obrador sostiene que es respetuoso de la autodeterminación de los pueblos de latinoamérica, tambien se considera respetuoso y admirador de Simón Bolivar y de José Martí, pero que su ideología política, sus principios y sus actos están inspirados en Idalgo, Morelos, Juares, Francisco y Madero, Villa, Zapata, Lazaro Cardenas del Rio y otros luchadores sociales mexicanos.
Para Obrador MORENA, es un movimiento de Mexico para mexicanos, en su accionar internacional sostiene que se debe participar en un mundo globalizado pero sin olvidar las raices mexicanas su cultura y sus tradiciones.
México y los mexicanos quieren un cambio verdadero y eso es lo que esperan de Obrador, llevar a la práctica lo que ofreció en su campaña, primero una transición de manera ordenada, en forma pacífica, no pelear ni hacer pelear por los cargos públicos, no se trata de “el quítate tú, porque quiero yo”.Segundo, los mexicanos no quieren la parafernalia del poder; no quieren la ambición al poder por el poder, o la ambición al dinero menos la corrupción.
Estos días sin ser todavía presidente en ejercicio sostuvo que tomó la desición de no usar los privilegios de transporte presidencial que tiene Peña Nieto, tampoco vivirá con los lujos de la actual casa presidencial.
Andrés Manuel López Obrador, quiere pasar a la historia de México como el mejor Presidente de su País, gobernar para el pueblo con el pueblo, con honestidad, austeridad y sin soberbia.
Al igual que millones de mexicanos y latinoaméricanos estoy esperanzado que con AMLO está en camino, la nueva reserva moral de los Líderes latinoamericanos con principios y convicción de servicio a un pueblo.
Talvéz sería muy interesante seguir de cerca los pasos y el camino de Obrador.
Termino con estas tres frases de Andrés Manuel López Obrador, frases que debería servirnos para reflexionar:
“El poder, atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelven locos”.
“El poder, es una tentación cuando no hay principios ni ideales”.
“El poder, es humildad y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.