América Latina ha llegado a un punto de inflexión con relación a Venezuela, que no permite medias tintas ni acciones o expresiones “políticamente correctas”, la razón es clara, los gobernantes venezolanos han cruzado el Rubicón.
A pesar de las idas y venidas protagonizadas por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial en los primeros días de abril, la realidad objetiva de la situación del estado de derecho en esa nación es dramática, y no da lugar a mayores matices en torno a lo que se está viviendo desde el punto de vista de sus instituciones democráticas.
Cuando en 2015 la oposición aplastó electoralmente al oficialismo y ganó dos tercios de la Asamblea Nacional (167 representantes contra 55 del gobierno), el Poder Judicial inhabilitó a tres diputados, basado en que habían ganado sus escaños a través del fraude, para evitar esa mayoría calificada que ponía contra las cuerdas al Presidente. Antes de la posesión de esta nueva Asamblea, Nicolás Maduro nombró directamente a los trece magistrados titulares del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), completamente alineados al partido de gobierno, cuya tarea ha sido la de dictar normas con el único objetivo de limitar o entorpecer las funciones del Poder Legislativo. La situación legal era, obviamente, insostenible y la balanza se inclinó finalmente por quien tiene realmente el poder.
Una cuestión jurídica referida a la negativa de la Asamblea de retirar de sus curules a los tres diputados en cuestión (que de hecho no asisten a sesiones ni ejercen sus cargos) motivó la increíble decisión de la Sala Constitucional del TSJ de “que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga”. Un conflicto entre poderes jamás puede resolverse por la vía dela usurpación de las funciones de uno de ellos por el otro, menos aún cuando se trata del Poder del Estado que ha sido elegido en su totalidad por voto directo y que ejerce la soberanía popular de acuerdo a la Constitución. Ningún argumento, por válido que pueda parecer –y este no está adornado precisamente de ese atributo- justifica la cancelación de las legitimas atribuciones y el inalienable mandato que el pueblo le ha dado a los miembros de la Asamblea Nacional de Venezuela.
El 11 de septiembre de 2001 en Lima, los países miembros de la OEA, entre los que se cuentan todas las naciones latinoamericanas, excepto Cuba, suscribieron la Carta Democrática con el objetivo de garantizar la permanencia y la defensa de la democracia en el hemisferio. En su Art. 3, la Carta indica que uno de los elementos esenciales de la democracia es la separación e independencia de poderes. El Art. 4, establece que son componentes fundamentales de su ejercicio “La subordinación…de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida”. Los artículos 18 al 22 de la Carta se refieren a la “alteración del orden constitucional” en cualquiera de sus estados miembros, y a los mecanismos que le permiten al Secretario General de la OEA, a cualquier Estado miembro y a la propia Asamblea, tomar decisiones que busquen contribuir a resolver y superar esa alteración. Si esto no es posible, el Estado involucrado será suspendido de la Organización.
En 2002 y en 2009 la OEA actuó con vigor y con la Carta Democrática en la mano ante dos golpes de Estado: el de Venezuela que buscaba derrocar al Presidente Hugo Chávez y el de Honduras que de hecho derrocó al Presidente Manuel Zelaya. En el primer caso la condena continental tuvo éxito y Chávez fue repuesto en el cargo, en el caso de Honduras el país fue suspendido de la OEA hasta la recomposición del orden democrático en 2011. Eran tiempos en los que el liderazgo regional lo tenían el propio Hugo Chávez y Luis Ignacio Lula da Silva. La muerte de Chávez abrió una etapa de confusión incomprensible y un vacío evidente, entre otras cosas por las respectivas crisis que atraviesan los dos gigantes regionales, México y Brasil. Ninguna de las naciones de poder intermedio como Colombia, Argentina o Chile, se atrevieron a proponer una hoja de ruta alternativa a la del “Socialismo del siglo XXI” y el ALBA, y dejaron que la barca política latinoamericana (CELAC y especialmente UNASUR) siguiera bamboleándose ante el débil soplo de los seguidores del chavismo. El resultado fue el de un panorama en el que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, que prefirió la brújula de sus convicciones morales a la de las destrezas políticas, quedó librado a su suerte y en el que los países que practican una democracia razonablemente vigorosa dentro de sus fronteras decidieron mirar a otro lado.
Ha tenido que producirse la alteración del orden democrático en Venezuela (aunque sólo sea por un de días, como -irónicamente- ocurrió en 2002) para que, por fin, de la mano de un Perú que recuerda el Golpe de Fujimori en 1992, se alcen voces claras de condena de algunos de los firmantes de la Carta.
La decisión del TSJ, un día después de haber llevado a cabo tamaño despropósito, de rectificar la usurpación que hizo de las funciones del Poder Legislativo, es una muestra de dos cosas: la dramática situación de la crisis política venezolana –agudizada por el colapso económico y la volatilidad social- y la importancia de una posición firme de la comunidad internacional, especialmente la de América Latina.
Un analisis correcto de lo sucedido en Venezuela. Existe pero cierta confusion en cuanto a los poderes del Estado, cuando estos son Organos, porque el poder es uno solo que se ejerce por internedio de los tres tradicionales organos ejecutivo, legislativo y judicial (Montesquieu). Ahora muchas constituciones han incorporado al Organo Electoral como un cuarto.
En este caso el tema es claro, pues el Poder que se ahogó las funciones del Legislativo fue el Poder Judicial, no el Electoral. De todos modos, la existencia de cuatro poderes (u órganos), el término es puramente formal, los alcances no cambian por el cambio de nombre.
Dudo mucho q a Maduro y los chavistas les incomode en lo mas minimo lo que haga la OEA. En Bolivia hay un poco mas de posibilidades, pero al final del dia cada pueblo es el unico que puede defender su democracia. Maduro y Evo no soltaran el poder por nada ya que una vez fuera tendran que responder por sus acciones y la factura no es barata
No hay forma de comparación entre Maduro y Evo y parecen no entender uds al otro. Evo esta sacando de la pobreza a B olivia. El pueblo es el que decide y así hablaron las urnas en ambos países . Las derechas son minorías.
Primero; Detesto -o no me gusta- que las personas que opinan, lleven seudónimos o nombres de pila. Uno; Orlando, Evo Morales no tiene nada, que ver en el artículo referido; dos; Es evidente que la cabeza de la OEA, esta en manos irresponsables. Muy buen -a claro- análisis Dn. C. Mesa.
En primer lugar el post no habla en ningun momento de la situacion de Bolivia y sus gobernantes. En segundo lugar, si los gobiernos de Evo M. han logrado reducir la pobreza en Bolivia, no hicieron ni hacen lo necesario para ir mas lejos. Es decir, sacar a esa gran parte de los bolivianos que sufre de un grave analfabetismo funcional y que los condena, en cierta manera, a depender del Estado y seguir siendo de cierta manera pobres.
En ultimo lugar, el pueblo decidio el 21 de febrero de 2016 y parece ser que esta cansado de la «izquierda» que nos gobierna.
1)Resulta revelador q el sr Mesa enfatice con fuerte tono y mucha bravura aquello de q la oposicion «aplasto» al oficialismo, o deberia leer -¡Aplastamos al oficialismo!?
2)La OEA devolvio el poder a Hugo Chavez, osea, q «buenos tipos», una imparcialidad digna de imitar y enseñar a nuestros hijos…
Un análisis pertinente sobre lo que pasa en Venezuela. La coyuntura política venezolana amerita la atención de los países latinoamericanos. Pero también acciones firmes que acompañen a la oposición venezolana en lograr abrir el cauce democrático. Puesto que hay un drama humanitario, social y económico muy grave. Que hasta los momentos no ha sido resuelto de manera eficiente por el gobierno venezolano, que sigue enfrascado en ver «enemigos externos» y preso de un cúmulo de intereses clientelares que no permiten la oxigenación política de Venezuela. Este aporte y otros que se sumen desde el sur del continente permite aclarar y entender la realidad de Venezuela. Finalmente reciba los saludos de un compatriota suyo que, por ahora, vive en Venezuela.
3)¿porque la expresion «chavismo» en boca del sr Mesa me suena a adjetivo?, ¿me pregunto a q le sabe la expresion «gonismo»?
El gran destructor de los que tienen el pensamiento autoritario y que no saben vivir en democracia, es la razón. Por eso cualquier gobierno que utilice mecanismos de opresión para su pueblo terminara por desaparecer. Algunos aguantan mas, otros menos, pero al final terminan rendidos contra la razón.
«la condena continental tuvo éxito y Chávez fue repuesto en el cargo», ¿Se intenta hacer creer que se le debe a la OEA la vuelta de Chávez al poder? La objetividad del analisis se pierde con esa vulgar y malintencionada manipulación.
En absoluto, la vuelta del Presidente Chávez al poder tuvo que ver con muchos factores, empezando por el rechazo popular venezolano al golpe de Estado (lo más importante de todo), lo que se dice es que la condena internacional a tal acción y la puesta en vigor de la Carta, contribuyeron al retorno de la legitimidad democrática.
NI EL GOBIERNO NI LA MUD, representa los intereses del pueblo
https://chocandoelcarro.wordpress.com/2017/06/14/los-estudiantes-dijeron-ni-el-gobierno-ni-la-mud/