
La capitalización de YPFB en 1996, el contrato de venta de gas a Brasil en 1996, la inauguración del gasoducto a ese país en 1999, el Referendo de 2004, la Ley de Hidrocarburos de 2005 y el Decreto de 1º de mayo de 2006, han marcado la transformación radical de la gravitación del gas en la economía de Bolivia, al punto de recibir ingresos que no tienen comparación alguna con lo que habíamos conocido durante nuestros ciento noventa años de vida independiente. Nadie, ni en sus más delirantes sueños, hubiese supuesto lo que representarían estos hechos en la historia económica del país.
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