Pobreza. «Socialistas» vs. «Neoliberales»

Publicada en Página 7 y Los Tiempos el 10 de julio de 2011

Hablemos de la lucha contra la pobreza. La información que UDAPE coloca a disposición de los ciudadanos en su página web referida a los indicadores de pobreza en Bolivia, nos proporciona información sólo hasta el año 2008, ni hablemos del INE que en el tema tiene datos hasta el 2007 y en el índice de desarrollo humano ¡hasta el 2005!, lo que habla a las claras del retraso con el que el país se mueve en un tema tan sensible como es la información actualizada.

Si tomamos como ejemplo una década, el periodo 1998-2008 (lo que considera sólo la mitad del periodo de gobierno vigente de Morales), veremos un avance positivo sin duda, pero más bien modesto. En 1998 el nivel de pobreza en el país era 63,5% (algo más de 6 de cada 10 bolivianos eran pobres); en 2008 era de 59,3 (algo menos de 6 de cada diez bolivianos eran pobres). Pero seamos exigentes. Si escogemos la peor cifra del periodo, el año 2000, el porcentaje de pobreza era de 66,4%. Es decir que el país ha reducido en siete puntos su porcentaje de pobreza, pero ocurre que la reducción más significativa, de 66% a 60%, se dio en el periodo 2000-2005. En cuanto a la pobreza extrema el logro, si comparamos el peor año, también el 2000, la pobreza extrema marcaba un porcentaje de 45,2% (demás está decir que es la peor cifra de América del Sur por lejos); en 2008 ese porcentaje se redujo a 32,7%, es decir una mejora de doce puntos. Aquí sí Morales equilibra las cosas. En el periodo 2000-2005 la pobreza extrema se redujo en seis puntos y en el lapso 2006-2008 la reducción fue también de seis puntos.

Si asumimos que el periodo 2009-2010 mantuvo esa tendencia, podremos suponer que nuestros indicadores de pobreza estarán hoy en un 57% y los de pobreza extrema en alrededor de un 30%.

No cabe la menor duda de que los bonos tienen mucho que ver con este avance, concepto inventado en Bolivia –Bonosol- en el primer gobierno de Sánchez de Lozada como producto de la capitalización y continuado por nuestro gobierno, el de Rodríguez y el de Morales, quien le dio un impulso más que importante con los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy. Los bonos, aplicados en la mayoría de los países de América Latina (indistintamente sean de izquierda o de derecha) marcan una nueva concepción de la inversión estatal en el desarrollo social, que debe complementarse de manera estructural con políticas de mediano y largo plazo, especialmente en el área rural.

Si hay algún éxito simbólico fundamental en la gestión de Morales es el de la inclusión y la movilidad social. Si bien es verdad que en ambos casos el camino había comenzado mucho antes de su gobierno, tuvo el mérito de la fuerte carga de su propio ascenso al poder y de visibilizar lo que se daba por evidente pero no lo era tanto, el reconocimiento explícito que hace la nueva Constitución de los derechos de los indígenas, sin duda quienes sufrían y aún sufren las peores características de la pobreza, la exclusión y la discriminación.

En los avances reales el asunto es menos claro. Las políticas sociales estructurales no han modificado de manera equivalente la reducción de la pobreza global. En los últimos seis años, si asumimos la tendencia 2007-2008  y le añadimos velocidad, estamos en el mencionado 57% de pobreza, es decir sólo tres puntos mejor que en 2005, mientras que en ese mismo periodo los indicadores económicos, en virtud de la increíble bonanza internacional, han incrementado un 30% nuestro ingreso per capita, han triplicado nuestras exportaciones, han más que duplicado el presupuesto nacional y han incrementado el Producto Interno Bruto nacional en un 35%.

La conclusión es muy clara. El país está mejor en sus indicadores sociales, pero los avances en los sectores que la retórica gubernamental privilegia y, sobre todo, afirma que son ahora los grandes beneficiarios del proceso, son lentos en comparación con las condiciones económicas objetivas que tiene el país. Esto quiere decir que más allá del discurso no hay un cambio estructural de fondo en comparación al pasado “neoliberal”, la diferencia sólo se ha logrado por las condiciones extraordinarias y excepcionales que vive América Latina precisamente desde el año 2005 en adelante.

Si es verdad que la política de bonos, cuyo éxito contra la pobreza extrema es tan claro, se inició en el gobierno que el discurso oficial reputa del más rabiosamente neoliberal, y si es verdad que la curva de reducción de la pobreza no va a la misma velocidad que la curva de crecimiento económico,  es también verdad que el gobierno de Morales no ha mostrado la capacidad suficiente para transformar su notable éxito simbólico en hechos objetivos y medibles que demuestren lo que hasta ahora es indemostrable, que las condiciones de vida de los bolivianos están cambiando de un modo tal que el país será otro a la vuelta de una década. La curva de éxitos sociales no permite esperar que tal cosa ocurra. En la lucha contra la pobreza la diferencia entre “socialistas y neoliberales” es simplemente de matiz.

2 comentarios en “Pobreza. «Socialistas» vs. «Neoliberales»

  1. Sr. Meza: En principio felicitarlo por su página electrónica y esperar que con el tiempo no baje el entusiamo por escribir sobre la simple y llana cotidianidad de los bolivianos.

    Leyendo el presente artículo, concluyo con la obviedad, por no decir naturalidad, de que las políticas sociales estructurales no modificaron de manera equivalente la reducción de la pobreza. Sin embargo, esto no se debe a las gestión económica del actual gobierno, sino a las mala praxis de economía liberal y su recetario fondo monetarista (a propósito, ya perdió protagonismo en la mayor parte de latinoamerica). Pues, quiérase o no, corren vientos de cambio y a mediano plazo se concretizarán tambien en el amplio espectro macro y micro económico.

    Como corolario, ¿Qué nos dejó la aplicación de lo «neolibaeral»?… Nada, ni social ni económicamente. No existían quimeras para la mayoría de los bolivianos, el Estado y sus instituciones, sean públicas y/o privadas cerraban sus amplias puertas al pueblo.

    Un abrazo, Carlos

  2. ¿y creen los bolivianos que pidiendo o/ y consiguiendo una salida soberana al mar, van a vencer , gracias a mar esta extrema pobreza?

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