
Edificio de la Vicepresidencia, pasto de las llamas provocadas por una turba, la tarde del 12 de febrero de 2003
Han pasado diez años desde esos amargos días de febrero. Un momento de inflexion en el complejo y atribulado gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada del que formé parte.
Me parece indispensable dar un testimonio personal de uno de los dos días trágicos de hace una década, el 12 de febrero que viví en primera persona. Creo que es imprescindible hacerlo para retratar el clima que se vivió en el centro del poder politico del país. Este texto es un extracto del libro «Presidencia Sitiada» que publiqué en 2008. No es ni más ni menos que un relato de los que hechos que viví y de los que fui testigo directo.


















