Publicada el 27 de enero de 2012 en Página Siete, Pagina Siete Expres, Los Tiempos, Correo del Sur y El Potosí
Bolivia ha llevado a cabo muy pocos censos nacionales a lo largo de su historia (quizás sea el país sudamericano que menos ha hecho), apenas diez en 188 años si incluimos el estudio de Dalence de 1845.
En ese tiempo hemos multiplicado por diez nuestra población, de 1,01 millones a 10,4 millones. En el censo de 1831 se consideraban seis departamentos, el territorio de Mojos y una provincia con estatus especial, el Litoral. El Beni apareció por primera vez como Departamento en el cálculo de Dalence de 1845, y el Litoral fue considerado como propio hasta el censo de 1900. Tenía en 1831, 3.800 habitantes y en 1900, cuando ya estaba en poder de Chile, 49.800 pobladores. Pando fue considerado Territorio de Colonias, apareció consignado por primera vez en 1854 con una población de 4.400 habitantes; el primer censo que consideró a Pando como Departamento fue el de 1950 con un registro de 19.800 habitantes.
En 1831 el Departamento de La Paz representaba el 34% de la población del país (hoy representa el 26%), seguido por Cochabamba que tenía el 22%. En el otro extremo (descontando el Litoral), estaban Mojos con el 0,8% de los habitantes y Tarija con el 1.8%.
En general se cree que La Paz comenzó a ser importante demográficamente a partir de comienzos del siglo XX, lo que es incorrecto. El Departamento de La Paz se convirtió en el más poblado y en consecuencia más relevante económica y políticamente, en la colonia, desde la segunda mitad del siglo XVIII, y fue el Departamento con más habitantes del país desde 1825 hasta 2012, a lo largo de todo el periodo republicano. El actual censo es el primero de nuestra historia en que La Paz deja de ser el primero de Bolivia superado por Santa Cruz. La diferencia es todavía insignificante, algo más de 34.000 habitantes, pero la tendencia demográfica es clara. El índice actual de crecimiento de Santa Cruz es 37%, mientras el de La Paz es de 17%, más del doble. A la vuelta de un quinquenio esa diferencia se hará mucho más marcada.
El caso de santa Cruz es realmente extraordinario. La Paz pasó de 343.000 habitantes en 1831 a 2.741.000 en 2012, esto quiere decir que multiplicó su tamaño ocho veces en algo más de 180 años. Santa Cruz, en cambio, pasó de 41.000 habitantes en 1831 a 2.776.000 en 2012, multiplicó su tamaño ¡sesenta y ocho veces! en ese mismo periodo. Lo interesante es que mientras La Paz tuvo un crecimiento sostenido pero “moderado” en el periodo 1831-1900 e intenso entre 1900 y 1976, Santa Cruz mantuvo un crecimiento moderado hasta 1950 y geométrico desde ese año hasta 2012. En 1950 contaba con 286.000 habitantes, lo que quiere decir que creció diez veces en sesenta años, mientras La Paz en ese mismo lapso creció sólo tres veces.
En 1831 vivían por encima de los 2.000 metros de altitud el 92% de los habitantes del país. En 2012 ese porcentaje cayó al 63%, lo que marca un importantísimo proceso de migración. No se trató de una migración espontánea, sino que fue producto de políticas explícitas de Estado acompañadas de inversiones concretas en infraestructura, diversificación económica y desarrollo industrial, impulsadas desde 1942 y que se reflejan claramente a partir del censo de 1976.
La concentración de población en el llamado eje troncal hace que en 2012 el 72% de la población esté en tres departamentos: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, generando un eje oeste-este. Esa concentración se daba en 1831 en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Potosí, que sumaban casi exactamente la proporción actual, el 75% del total de la población del país en un eje norte-sur geográficamente mucho menos extenso que el actual eje central, y restringido a la región andina, a diferencia de la distribución geográfica Andes-llanos de hoy.
La faja norte, Pando-Beni, representaba en 1831 menos del 1% de la población, hoy representa el 5%. Eso quiere decir que sigue siendo una región del país en la que no hay una planificación de desarrollo y diversificación equivalente a la que se tuvo para Santa Cruz. Algo similar pasa con Tarija que en 1831 tenía algo menos del 2% y hoy representa solo un 5%, aunque tiene casi la totalidad de las riquezas energéticas de Bolivia.
Finalmente, vale la pena citar los casos de Oruro, Potosí y Chuquisaca. Mientras estos dos últimos departamentos registran crecimientos demográficos muy bajos ratificando la idea de los limitados horizontes económicos de ambas regiones desde el censo de 1976, Oruro, contra toda previsión, marca un crecimiento del 25%, recordando la gran expectativa que se tuvo a principios del siglo XX cuando se pensó que sería la ciudad industrial y nudo de comunicaciones del país. El puerto seco y sobre todo la febril actividad en la ruta Pisiga-Iquiqe, buena parte dedicada al contrabando, parece explicar tal fenómeno.
En suma, la lectura histórica de los censos nos permite apreciar cómo determinadas tendencias están fuertemente ligadas a la economía, a la planificación estatal y a los ciclos que terminan igual que han comenzado.
La organización de los dos últimos censos, a partir de la descentralización administrativa del Estado, ha enfrentado un conflicto entre pertenencia, residencia y procedencia de las y los bolivianos, a partir de la expectativa de asignación de recursos.
Los municipios eminentemente rurales frente a los urbanos, como también los departamentos de Oruro, Beni o Potosí, mantienen una retórica pre censal que «persuade» o coerciona a llenar la papeleta censal en el lugar pertenencia y procedencia en desmedro del lugar residencia.
La lección es que se debe trabajar estrategias comunicacionales e instrumentos de precisión y verificación estadística con antelación.
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Fuente: Blog Carlos D. Mesa Gisbert
El censo refleja la situación de migración, y de oferta tanto laboral como de estudios superiores de los municipios. Oruro si bien ha incrementado casas superiores de estudio, estas no se han cualificado es más es posible que muchas no tengan la acreditación correspondiente y a su vez las características del departamento en este caso se ha consolidado como minero. Si analizamos estas variables y otras más podemos ver un reflejo de lo existente. Cuántas mujeres, principalmente migraron tanto a Argentina como a España o Italia o cuántos varones se fueron a Estados Unidos y Brasil, unos para estudiar y otros para trabajar, precisamente no debe ser porque esas respuestas que se buscaban estaban donde residían. Departamentos o ciudades como Oruro seguirán siendo más expulsoras que receptoras sino se piensan en alternativas atractivas, más allá de su carnaval.
El análisis histórico nos sugiere de manera general la tendencia de la evolucion demográfica.
Las tendencias profundas van a desprenderse del análisis particular y comparativo de cada uno de los rubros de la boleta censal.
Otra evidencia de los resultados: Bolivia se enmarca en lo que se denomina la transición demgráfica: moderado crecimiento, urbanización, gran dinámica en los flujos migratorios.
El «XI Censo de Población y V de Vivienda»* de la historia de Bolivia, el primer Censo (y el último esperamos) del Estado Plurinacional, es un Censo tardío, que aplazó la aplicación de una serie de medidas de notable importancia social.
Para empezar, la Ley N° 2105 del 29 de junio de 2000, que modificaba a la Ley N° 1551 de Participación Popular, en su artículo 24.II, dispuso que “A partir del censo a efectuarse el año 2001, la información relativa a su población será obtenida de los Censos Nacionales levantados por el Instituto Nacional de Estadística y que se efectuarán obligatoriamente todos los años terminados en cero.”; eliminando con ello el que “los Censos nacionales se efectuarán obligatoriamente cada diez años”, anteriormente dispuesto.
Y resulta evidente que el año 2012, precisamente, no es un año que termine “en cero”.
No obstante, la Ley Marco de Autonomías, abrogó a la Ley N° 1551 de Participación Popular, y por tanto la conminatoria en ella contenida, de efectuar los censos “todos los años terminados en cero”, no es más exigible.
Por su parte, el Gobierno Plurinacional suspendió de facto la realización del Censo en 2011, creyendo que, con respecto a 2001, los censos -todavía- tendrían que efectuarse “cada 10 años”. Ignorando que aquel periodo consignado en la Ley de Participación Popular fue modificado, y que dicha modificación, conjuntamente con la Ley en la cual yacía dispuesta, fueron abrogadas por la Ley Marco de Autonomías, según se advirtió.
Fuera de ello, el Decreto Supremo N° 1305 de 01 de agosto de 2012, en virtud del cual se “declara prioridad nacional el Censo Nacional de Población y Vivienda – 2012, [se fija] la fecha de empadronamiento, y [se] establece aspectos institucionales, administrativos y operativos para su efectiva realización (…)”, cita, en su parte considerativa, a normativa como el Decreto Supremo N° 29552 de 8 de mayo de 2008, mismo que “(…) autoriza al Ministerio de Planificación del Desarrollo a través del Instituto Nacional de Estadística – INE, iniciar las actividades correspondientes a la dirección, planificación, coordinación, ejecución, procesamiento y difusión de la información del Censo Nacional de Población y Vivienda 2010. (…)”.
Es decir que el censo de 2012 se basó en una autorización para un Censo que se debió llevar a cabo en 2010, que tampoco se llevó a cabo en 2011, sino tardíamente en 2012. Seguramente por simple cálculo político, ya que los resultados serían recién aplicables en 2013, un año antes de las elecciones. Los oficialistas calcularon los resultados con la proximidad de las elecciones, para utilizar la aplicación de los resultados, como parte de su campaña electoral.
La importancia de la definición de un periodo en el que se debería llevar a cabo un Censo Nacional es fundamental. Habida cuenta de que, como en el caso boliviano, situaciones como la distribución del total de escaños para diputados (Art. 146.V, CPE), la base poblacional de las naciones y pueblos indígena originario campesinos de tierras altas, y minoritarios (Art. 58.I, Ley Marco de Autonomías), las transferencias por coparticipación tributaria para el financiamiento de sus competencias de las entidades territoriales (Disposición Transitoria Tercera.I, Ley Marco de Autonomías), las transferencias por coparticipación tributaria para las universidades públicas (Disposición Transitoria Cuarta.I, Ley Marco de Autonomías), el proceso de concertación nacional y regional para un Pacto Fiscal (Disposición Transitoria Décima Séptima.II, Ley Marco de Autonomías), la modificación de circunscripciones (Art.104, Ley 26 del Régimen Electoral), o la reasignación de las circunscripciones especiales (Disposición Transitoria Octava, Ley 26 del Régimen Electoral), yacían supeditadas a los resultados de un Censo Nacional.
De lo cual se advierte que, la no realización temprana de un Censo vulneró al ordenamiento jurídico, en las diferentes disposiciones normativas precitadas.
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*http://www.ine.gob.bo:8081/censo2012/objetivos.aspx
Indudablemente, lo económico tiene un efecto importante sobre el comportamiento demográfico. En los años 50, luego de la Revolución del 52, Alfonso Gumucio Reyes tuvo la acertada visión de romper el aislamiento geográfico de Santa Cruz -departamento que según él mismo lo decía, «era prisionero de su propia geografía»-, con la construcción de la carretera Cochabamba – Santa Cruz. Luego de ello y la instalación del primer ingenio azucarero en Guabirá se inició un migración de los centros mineros y valles de occidente hacia el oriente. Ahí empezó el crecimiento poblacional de Santa Cruz, hasta convertirse hoy en un departamento con una actividad económica importante. En la misma lógica, la apertura caminera hacia el norte La Paz, cuyos recursos naturales no han sido aún explotados como se debe, podrá activar un crecimiento económico y productivo sin precedentes para La Paz, que hoy está sumida o es «prisionera» de su agenda política. Dicen que construir una vivienda en La Paz es más costoso que en Santa Cruz, donde además es posible hacer buenos negocios. Muchos «collas» han poblado el oriente, varios amigos han decidido echar raíces en esa región. Eso en parte explica el mayor crecimiento demográfico cruceño. Ahora, toca a los paceños pensar en su propio desarrollo. Su visión país debe aterrizar en una visión más local. Está bien que occidente haya contribuído por años al desarrollo de Santa Cruz, pero hoy le toca a La Paz, aprovechando sus recursos humanos, su enorme potencial en la industria, agropecuaria, manufacturera, turismo, etc. El análisis de los censos muestra eso, que las actividades económicas centradas, ya sea en la explotación de materias primas o en el desarrollo del aparato productivo, atraen mano de obra, no solo interna, sino también externa. Pero, La Paz debe basar su crecimiento economico en el desarrollo de la industria de exportación y ya no en la explotación de materias primas.
«en el cálculo de Dalence de 1845, y el Litoral fue considerado como propio hasta el censo de 1900. Tenía en 1831, 3.800 habitantes y en 1900, cuando ya estaba en poder de Chile, 49.800 pobladores.»
«la lectura histórica de los censos nos permite apreciar cómo determinadas tendencias están fuertemente ligadas a la economía, a la planificación estatal y a los ciclos que terminan igual que han comenzado»
Ergo, re publica corrupta liberata per fero victori?
disculpen donde podria encontrar datos de la poblacion boliviana a partir de 1990.
La información sobre población disponible desde esa fecha es la que tiene la página web del INE
Muchas gracias, me ayudó bastante. Cuando lo estaba leyendo me sorprendió mucho lo que pasa con Beni y Pando y me enorgullece ser Cruceña. lol
Por favor una pregunta: ¿existen informes de resultados o documentos de los censos de 1831 a 1882, sin contar el «Bosquejo estadístico de Bolivia»? ¿O es que conocemos de esos censos sólo a través de los datos que comenzaron a difundirse desde el Informe del Censo de 1900? Muchas gracias de antemano.
Los datos de los censos de ese periodo son más bien fragmentarios y sus resultados eran más generales. El material de José María Dalence es lo más valioso del periodo. fue publicado en 1975 por la UMSA, su «Bosquejo estadístico de Bolivia» publicado originalmente en 1848, es lo más valioso en el tema realizado en el siglo XIX