Publicado en Página Siete y Los Tiempos el 12 de febrero de 2011
¿Atrapados sin salida? Una de las reflexiones más punzantes a las que nos vemos sometidos en los días que corren, es la constatación de que, de modo aparentemente inexorable, no podemos salir de la tiranía de un modelo económico que nos conduce a un gigantesco remolino que se lo traga todo.
Más allá de las diferencias en las posiciones que, en lo que toca al actual gobierno son bastante profundas, parece claro que es inaceptable la idea recurrente de que la racionalidad económica, la necesidad de reglas claras, la importancia de mantener equilibrada la macroeconomía (deseables y saludables para cualquier economía), todos los caminos para lograrlas terminan siempre cayendo con todo sobre los más pobres y protegiendo sistemáticamente a los más poderosos.


