«¡Piove, Governo Ladro!»

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La pobreza estructural del país se percibe con más claridad cuando enfrentamos situaciones límite. Este es el caso de los graves desastres naturales provocados por una inusual intensidad de las lluvias que han generado crecidas en nuestros ríos y procesos de inundación y deslizamientos de tierra, con un saldo de medio centenar de víctimas mortales y centenares de miles de damnificados.

En los últimos años hemos vivido en la burbuja del éxito. El gobierno ha reiterado una y mil veces que el país no cesa de avanzar, que nuestra economía boyante es un modelo latinoamericano y que los indicadores sociales demuestran palmariamente que el combate a la pobreza arroja resultados espectaculares. Ha sido obsesiva la estrategia de demoler por comparación. Todo dato de cambio se contrasta con el periodo 1982-2006, no sólo para demostrar el movimiento cualitativo, sino para probar que la lógica de los gobernantes de la democracia era la del saqueo, el enriquecimiento ilícito, la traición a la patria vía enajenación de nuestros recursos naturales, y la exclusión sistemática de los más pobres. A fuerza de repetirse esa construcción acabó convirtiéndose en una verdad en la que creen la mayoría de los bolivianos. Pero basta un mes de lluvias intensas para volver a la realidad.

La primera tentación es decir: “la oposición enajenada le echa la culpa al gobierno hasta del mal tiempo”. “¡Llueve, gobierno ladrón!” es una célebre frase de origen italiano que describe muy bien el mundo político de los maniqueos. La segunda tentación, es decir. “Nada ha cambiado, cada vez que se producen situaciones de este tipo los gobiernos reaccionan igual de mal”. Lo que es un lugar común.

Casi todos tendemos a descubrir el agua tibia cuando, producido el daño, lanzamos una larga lista de reflexiones a propósito de la falta de previsión, del descuido en preparar al país en época seca para estar adecuadamente preparados. Hacemos un recuento de nuestras carencias de infraestructura, de la falta de equipamiento en defensa civil, etc, etc. Generales después de la derrota…

Una nación que, como Bolivia, aún tiene a la mitad de su población en la categoría de pobreza y pobreza extrema, sufre de manera mucho más dramática los desastres naturales; la razón es muy simple. Esa parte tan significativa del país vive en condiciones de gran precariedad. Habita viviendas frágiles, su acceso a los servicios básicos es difícil o inexistente. El uso de energía eléctrica es limitado, el agua potable inexistente o infrecuente, y el saneamiento básico no está a su alcance. A la vez, la infraestructura de comunicaciones viales y de los servicios instalados por el Estado central, departamental o municipal, pende en muchos lugares literalmente de un hilo, hilo que se rompe rápidamente en circunstancias como estas.

El cable a tierra que nos ha colocado en la realidad demanda dejar de lado el triunfalismo. Todos aceptamos que hay avances importantes, pero el camino por recorrer es muy largo y no se puede seguir con la feria de los espejitos de colores que –de acuerdo a la propaganda oficial- nos pintan un país de las maravillas, cuando las condiciones de pobreza, desigualdad, brecha entre ricos y pobres y la precariedad todavía mayoritaria en todos los ámbitos de millones de vidas, están lejos de haberse resuelto.

Pero está también la cuestión de los instrumentos que necesitamos para superar con éxito las emergencias y los desastres. Es el equipo terrestre, fluvial y aéreo que el Estado en sus diferentes estamento debe tener a disposición, capaz de responder razonablemente a situaciones imprevisibles y de hecho imprevistas. Es la planificación preventiva de las áreas de alto riesgo en proporción a las concentraciones de población, que permita hacer obras específicas, sean estas nuevas, sean de corrección y ampliación de los cordones de seguridad, sean de mantenimiento.

En un caso como este, la diferencia entre la actual administración y las anteriores es la disponibilidad de recursos. La relación comparativa es tan desmesurada que es lícito exigir mejores resultados que en el pasado. En términos generales el actual gobierno recibe más dinero -en relación de 5 a 1- que sus antecesores. ¿Se está orientando adecuadamente el gasto y la inversión? La respuesta contundente es no, no se está gastando ni invirtiendo bien. El gasto suntuario del gobierno se pone en evidencia en este contexto, tiene que ver con el incremento burocrático y la adquisición de bienes que no son de primera necesidad. Ocho años después, las autoridades que deciden sobre nuestros recursos deben detenerse en el camino, reflexionar a fondo y pisar el freno. Después de hacerlo, responderse sobre el modelo productivo, sobre la idea del ahorro, sobre la de la previsión y sobre el modelo en su conjunto.

La lluvia no es culpa del gobierno, pero su intensidad lo ha desnudado.

 

6 comentarios en “«¡Piove, Governo Ladro!»

  1. ¿Es preferible mantener la dignidad nacional y no declarar desastre en el Beni? Absolutamente no, cuando aproximadamente 60 mil familias se encuentran expuestas, las cifras de muertos, pérdidas materiales y ganado han rebasado la posibilidad de afrontar con ayuda oportuna el desastre, cuando un departamento se encuentra aislado y abatido por la inclemencia climática, con un añadido: La insensibilidad.
    La solidaridad no se escoge, no se mide, se la recibe con agradecimiento y humildad, sin egolatría, con la mente amplia, enfocada en un horizonte de esperanza para todos.
    Queda afrontar la realidad y responsabilidad de las pobrezas que nos azotan.

  2. Vivo en Italia y de hecho esa frase es muy famosa !!!! Prueba de que usted esta muy documentado , sobre el tema en particular , es evidente que un estado obeso y orondo no quiera aceptar la ayuda de nadie , no nos olvidemos que son los salvadores de la patria , los elegidos por los dioses , los bajados del monte Olimpo para salvar a Bolivia y enseñarle al mundo como se hace !!!! Arrogancia ???? Yo creo que sí , veamos que hacen y como manejan esta desesperante situación !!!! Esperemos no hacer el ridículo otra ves a nivel internacional , un abrazo y felicidades por su blog !!!!

  3. No declarar zona de desastre natural al Beni e incluir la alerta roja es considerado democidio, politicidio y grave indicio de hecatombe orquestado por los gobernadores de turno, incluido el del Beni (lens)
    No es posible que a estas alturas de la historia de la humanidad, se priorice la instantanea para la propaganda y se minimice los decesos, fallecidos y desaparecidos arrastrados por las corrientes.
    La politica de ambos bandos esta demostrando ser mas letal que cualquier fenomeno natural.

    • No hay que olvidar la lucha de los pueblos de la amazonia en contra del proyecto de las represas y megarepresas aprobadas por lula (jirau,san antonio) y aplaudidas hasta colorear las manos de los pluris. desconociendo por completo el concepto de logistica y prevencion de lo que actualmente vive el pueblo opositor a la colonizacion andina.
      Recordemos tambien que esos proyectos violan el articulo 169 de la OIT al igual que la carretera por el TIPNIS con premeditacion y alevosia.

  4. Disculpen; ¿en estas condiciones sociales de pobreza, creen que una salida soberana al mar es una salida mágica a esos problemas?El dia que los menos pobres dejen de vivir del contrabando armado.. podrá penserse enserio una salida soberana al mar de Bolivia.
    No sigan auto-engañándose!!!!
    Con todo respeto,

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