Hora de Asumir Responsabilidades

Publicada en Página Siete y Los Tiempos el 9 de octubre de 2011

Durante mucho tiempo determinados círculos de opinión afirmaron que nuestro gobierno había actuado con falta de autoridad ante los conflictos sociales, las marchas y los bloqueos (propiciados por el actual Presidente, por si alguien lo ha olvidado), y que mi renuncia de junio en ese contexto, mostró falta de valor (para decirlo elegantemente).

Hoy, la reivindicación de los DDHH como algo fundamental que debe ser respetado en cualquier sociedad civilizada, vuelve por sus fueros después de casi seis años en que el país ha vivido situaciones de extrema violencia y ha sufrido la pérdida de más de cincuenta vidas en conflictos sociales. Las acciones represivas contra la marcha indígena en defensa del TIPNIS, que afortunadamente no cobró la vida de ningún compatriota, ha sido la gota que rebalsó el vaso y ha puesto en la picota al gobierno y su forma de actuar ante diversas movilizaciones sociales.

Finalmente, se puede entender mejor nuestra tesis de ordenar a la policía sólo acciones de espera y contención. Se puede apreciar también la trascendencia de evitar a toda costa la decisión de obligar a las FFAA a salir a la calle “para reponer el orden constitucional”, aún con la certeza de que, sea por acción espontánea o por una provocación fríamente calculada, había alto riesgo de cobrar la vida de uno o varios bolivianos. Ese y no otro fue el imperativo ético que escogí para dar un paso al costado. Esa decisión marcó una línea de conducta y significó asumir una responsabilidad directa e intransferible, la que tiene el Presidente de la República ante el país, sin matices, cargando las consecuencias de tal acción. ¿Cuál era el objetivo? Garantizar la paz que, dadas las circunstancias era prácticamente imposible de mantener en nuestra gestión ante presiones de todos los ámbitos, tanto de la derecha como de la izquierda, creyendo todos que tenían garantizado un triunfo electoral en el corto plazo con el “plus” de sacarnos del escenario político. Para lograrlo, acompañamos mi renuncia con una acción que garantizó la sucesión constitucional que recayó en una persona que consiguió el bien por el que habíamos decidido renunciar, la preservación de la paz. Lograda esa transmisión de mando, no sin dificultades, pudimos dejar el gobierno con la conciencia tranquila.

Los sucesos en la marcha del TIPNIS demuestran que la sociedad boliviana y la comunidad internacional que ha expresado su inequívoca condena a la represión contra los indígenas, asumen ya que la violencia como arma para resolver conflictos y/o para acallar las voces de quienes piensan diferente, no es aceptable. El gobierno, este o cualquiera que le suceda, deberá tomar debida nota de este nuevo escenario.

El Presidente debe además asumir la responsabilidad que le toca en lo que hizo. El sainete de pretender que el país crea que un subcomandante de policía es quien ordenó la represión a la marcha, no sólo supone que los ciudadanos son tontos, sino que marca una falta de valentía del Primer Mandatario y sus colaboradores para reconocer lo obvio, que la crisis social más grave de toda su gestión, la decisión de que la policía interviniese la tomó el gobierno en sus más altas esferas. Conozco el tema directamente. El Presidente es informado por el ministro de Gobierno en el caso de que deba tomarse una decisión que involucre una acción importante que pueda generar violencia.

El actual Presidente presentó cuando era opositor sendos pliegos acusatorios a la Fiscalía contra expresidentes y ex autoridades del pasado. Todas sus acusaciones partían de la premisa de que cualquier acción punible realizada en una gestión gubernamental era responsabilidad directa de los mandatarios.  Cómo es posible pensar que en el gobierno con mayor nivel de poder de las últimas décadas, con una actitud explícita del Presidente que actúa con la misma firmeza que lo hacía como dirigente sindical en tantos temas, que quien tomó la decisión más delicada de todo su mandato, por la naturaleza del tema indígena que está en juego, es un subcomandante de la Policía, funcionario que está jerárquicamente debajo del Comandante General de la Policía, del viceministro de Gobierno, del ministro de Gobierno y del Presidente del Estado. No está demás recordar el art. 252 de la CPE: “Las fuerzas de la Policía Boliviana dependen de la Presidenta o el Presidente del Estado por intermedio de la Ministra o Ministro de Gobierno” ¿Cabe alguna duda?

Así como cosecha aplausos cuando se aroga la decisión de otorgar un bono a los más pobres, de igual modo debe afrontar los abucheos cuando se reprime injustamente una marcha de compatriotas. Así como se es el padre de los aciertos, se es el padre de los errores y eso implica algo muy simple pero muy fuerte, responsabilidad política. Si al Presidente Morales no le tembló la mano para firmar acusaciones contra sus antecesores, no le debía temblar la voz para reconocer que su gobierno y él mismo, son responsables de lo que ocurrió en la marcha del TIPNIS el pasado 25 de septiembre.

14 comentarios en “Hora de Asumir Responsabilidades

  1. La historia casi siempre ríe mejor irónica que sorpresiva. Así quienes ayer se beneficiaron con una “amnistía política” (Decreto Supremo 27234) -porque un gobierno legalmente constituido había instruido la conservación del orden público, reprimiendo (según valoraron los amnistiantes) “inocentes” desencantos sociales- hoy han conculcado DDHH, derechos indígenas y madre-terraneos. ¿Cíclico, causa o consecuencia?

    No obstante cuestiono ¿si los entonces reprimidos, por su “pacífica” reclamación contra un gobierno legalmente constituido, no hubiesen sido amnistiados políticamente tras su «inocente» contestación convulsiva, se hubiera ocurrido la represión a la marcha indígena de todas formas? ¿»El que calla otorga»; o quienes fueron políticamente premiados se consintieron tanto como para (creyéndose hyper legítimos e intangibles) ejercitar una conducta que en su discurso se decían deplorar? De cierta forma los otrora amnistiados parecerían haber hallado cierto justificativo, o cierto grado de confianza, en el perdón parcial de la historia.

    De represiones diestras y siniestras…

    • Debo reconocer perseverancia en cada comentario.
      Por enésima vez. La amnistía sólo estaba referida a los alcances de la ley del 3 de agosto de 2003. Era y es perfectamente posible abrir un proceso a quienes cometieron delitos comunes de acuerdo al Código Penal en esos días de septiembre y octubre de 2003. ¿Porqué alguién no pregunta por qué no se abrió ningún proceso o si abrió porqué no se siguió en el periodo oct-2003-ene 2006?

      • A ocho años del recordado “Octubre Negro”, considero, merecería ser entendido ese Octubre con su igualmente convulsivo Febrero de 2003. Sería interesante conocer bajo qué convencimientos su Vicepresidencia en febrero de 2003 condecoró con el honor de “Héroes del Patrimonio” al ciudadano Horacio Poppe Inch, (Líder del Movimiento Neo Unzaguista Boliviano, entonces) en virtud de haber el mencionado ciudadano participado, juntamente con otros jóvenes, en la defensa del Patrimonio Histórico ante la públicamente conocida convulsión febrerina.

        ¿Por qué en un mes su Vicepresidencia reconoce (por oposición deontológica) a una suerte de anti-héroes que embistieron contra el Patrimonio Histórico, y en el otro mes, a básicamente los mismos actores políticos los redime con la amnistía?

        ¿Qué es lo que hace tan particularmente distintos a esos dos meses de convulsión y represión social, si esencialmente participaron los mismos actores políticos…es que en uno usted fue Vicepresidente y a mediados del otro ya era Presidente?

      • Por una razón elemental. La primera prioridad de un gobernante que hereda un país al borde de la guerra es devolverle la paz. La razón moral suprema es además la reconstitución de la idea de la vida como valor supremo. En el primer caso la acción de reconocimiento se circunscribía a destacar la defensa de un patrimonio histórico, en el segundo a devolver la paz y garantizarla. Será prudente cerrar un debate que ya es imposible. Su punto de partida es insistir en una caracterización equivocada del alcance de la amnistía, pero sobre todo olvidar su naturaleza, la jurídica sobre la que se ha abundado largamente y la segunda y fundamental, la política, sobre la que, con mucha soltura de cuerpo se puede hablar desde el cómodo escritorio y desde la distancia en el tiempo. Lo que hice estuvo bien hecho entonces y lo volvería hacer porque devolvió a Bolivia paz y trató de devolverle valores humanos. Para mi eso es una obra gigantesca, pero, obviamente, es mi subjetividad. ¿No es tiempo ya de cerrar página? Quede usted con sus ideas y ya…Hemos agotado el circuito de la discusión

  2. Esto nos da una lección a todos: Si la derecha fue incapaz de unirse a su pueblo y conversar con él, la izquierda no solo no fue capaz de hablar con su pueblo, sino que le negó toda posibilidad de marchar dignamente.

    Es decir, que ni la derecha ni la izquierda se acercaron a su pueblo. Por lo tanto es hora de cambiar la conversación. Ya no sirve más quejarnos ni recordar amnistías espúreas. Ahora hay que mirar el hoy, y el futuro.

    Hay que empezar por votar Nulo. Nulo. Si Señor!

    Y que no nos tiemble la mano para tarjar a todos los candidatos de este gobierno sordo del alma.

    • Sería bueno que en vez de recordar o no recordar amnistías, se recordara la batalla permanente por la defensa de los DDHH que hicimos en el momento más difícil de nuestra historia reciente (2003-2005)¿Es qué abogar y actuar en defensa de la vida y por la paz no vale nada ni cuando se demuestra que nuestros antecesores y sucesores se abanican en la vida de nuestros compatriotas?

  3. Entre mantener el orden público y salir a reprimir a tiro limpio debería existir un término medio que el sr. Mesa parece desconocer.

    • Sería muy ilustrativo conocer cuál ese ese «termino medio», sobre todo cuando se está en el gobierno, se tienen que tomar decisiones y se tiene que decidir entre sacar o no a las FFAA a la calle de un minuto para otro. Ser general de escritorio es muy fácil. Pedir el término medio» en una sociedad desquiciada por el desborde de la irracionalidad protagonizada desde el poder de las elites y desde las bases de la sociedad es muy cómodo y por supuesto muy fino.

  4. Estoy muy de acuerdo en quen se debe asumir las responsabilidades en las buenas o en las malas. La pregunta es porque Ud. se aparto del gobierno de Goni, sólo a una semana del fin de ese gobierno, es decir no asumio su responasabilidad que el pueblo dejo en Ud. el de ayudar al gobierno de esa época. Ud., en criterio mio actuo de manera oportunista porque veía que el gobierno se desmoronaba y que lo mejor era hacerse a un lado, para tener la posibilidad de ser Presidente vía siseción democrática. No fue responsable con su gobierno del «si se puede». Luego le dieron la agenda de octubre y tampoco fue responsable ya que no lo impulso sino que lo freno.

    • Fuie elegido vicepresidente, cabeza del Legislativo no del ejecutivo. Fui leal con el Presidente hasta que sus acciones enfrentaron mi propia conciencia. El Presidente se negó a separar al ministro de Def., tal cómo se lo pedí por el llamado caso Macororó (julio 2003), a diferencia de lo que había hecho en febrero de separar -por mi pedido- a Sánchez Berzaín, reducir gastos de la administración y retirar la ley de incremento de impuestos. Hoy es fácil recordar octubre como si yo hubiese llegado a la presidencia en medio de una taza de leche. El país estaba al borde la guerra y mis posibilidades de gobernar eran nulas ¿Quién podía querer una presidencia que quemaba en las manos como la de octubre de 2003?. Lo que hice como vicepresidente fue garantizar una sucesión legítima que era inevitable ante el desmoronamiento de un proyecto histórico y la tozudez de insistir en la respuesta violenta. Antes de separarme del gobierno, hable no una, sino muchas veces con el presidente y sus ministros para que cambiarán su lógica de gobernar con acciones de las FFAA en las calles. De modo que no admito para nada su interpretación gratuita sobre mis acciones como vicepresidente.
      En cuanto a la agenda de octubre. Quién la impulsó fue nuestro gobierno, no el de Morales. Le recuerdo que realicé el referendo que fue el verdadero nacionalizador de los hidrocarburos y no el decreto de 1 de mayo de 2006 que hizo una simple migración de contratos. Modifiqué la constitución incorporando no solo el referendo sino la asamblea constituyente como instrumento para cambiar la carta magna,. Convoqué a la AC y a un referendo a autonomía (ambos bloqueados por el Congreso en el que Morales tenía importante presencia), convoqué a la elección popular de prefectos, frené la recesión económica, eliminé un fuerte déficit fiscal y propuse el camino de las autonomías. Así que reivindico el comienzo de la agenda de octubre para nuestro gobierno.

  5. Insistí con la breve revisión amnistiosa por mi deber cívico. Lo hice, más que desde lo político, desde lo jurídico, en razón de que lo segundo es objetivo y lo primero -como usted también menciona- es subjetivo. Reconozco sinceramente que usted tenga una vocación cibernética de diálogo, como pocos, sobre eventos históricos de vital trascendencia común. No obstante, y para ya no aburrirle, ni aburrir a su concurrido blog al respecto de las amnistías, tan solo déjeme finalizar con:

    1) La Constitución y el Código Penal SON NORMAS DE ORDEN PÚBLICO.
    2) El Código de Procedimiento Penal es norma de Orden Público como todo procedimiento.
    3) El Art. 16º del Código de Procedimiento Penal dispone expresamente en su parágrafo tercero que «El ejercicio de la acción penal pública no se podrá suspender, interrumpir ni hacer cesar, salvo en los casos previstos por la ley.”
    4) En adición el parágrafo primero del mismo Art. 16 del C.P.P. ordena que «La acción penal pública será ejercida por la Fiscalía, (…) de oficio», bajo responsabilidad.
    5) El Art. 20 del Código de Procedimiento Penal establece -a contrario sensu- que los delitos cometidos por los sediciosos y subversivos golpistas de octubre de 2003, al efecto de cuyos ilícitos llegó a ocurrirse la sucesión constitucional por la que el Sr. Mesa fuera Presidente, SON TODOS DELITOS DE ORDEN PÚBLICO, PORQUE ATENTAN CONTRA LA EXISTENCIA DEL SISTEMA JURÍDICO VIGENTE Y DEL ESTADO EN SUS INSTITUCIONES.

  6. 6) Por tanto, en estricta aplicación del Art. 85 de la C.P.E. de 1967, «El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República conjuntamente con los Ministros de Estado». Asimismo según ordena el numeral 1) del Art. 96º de la C.P.E. de 1967 es atribución del Presidente «Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo (…) órdenes convenientes». También, el numeral 18) del Art. 96º de la C.P.E. de 1967 le impone al Presidente de la República el DEBER de «Conservar y defender el orden interno (…) de la República, conforme a la Constitución». En adición, los Arts. 124º a 126º de la C.P.E. de 1967 disponían expresamente que el Ministerio Público, como vuestro vasto entendimiento jurídico pareciera erróneamente tener como verdadero, NO ERA PARTE DEL PODER JUDICIAL, y por lógica, tampoco lo era del PODER LEGISLATIVO, entonces por elemental lógica jurídica, EL MINISTERIO PÚBLICO ERA UN ÓRGANO DEL PODER EJECUTIVO. Bajo tales premisas se comprende la certeza del par. II del Art. 125º de la C.P.E. de 1967 que disponía que «El Ministerio ¨Público tiene a su cargo la dirección de las diligencias de policía judicial», Artículo replicado por el tercer parágrafo del Art. 69º del Código de Procedimiento Penal.
    7) Y resulta que el ORDEN PÚBLICO CONSTITUCIONAL establecido expresamente por el Artículo 216º de la C.P.E. de 1967 imponía que «las Fuerzas de la Policía Nacional depende del Presidente de la República por intermedio del Ministro de Gobierno».

    Entonces por elemental lógica, el Ministerio Público y Policía Nacional dependían del Presidente de la República para cumplir con el mandato constitucional y legal de ejercer la acción penal pública y perseguir a los sediciosos y subversivos que atentaron contra la seguridad del Estado, sus instituciones y su existencia, y se hicieron del poder en Octubre de 2003 para perpetuarse hasta hoy.

    El no haber cumplido con tal mandato constitucional y legal, inevitablemente apareja la consecuencia jurídica respectiva y el subsecuente deber de responder, no solo ante la historia, sino ante el Estado.

    El costo de la paz mediática no debería comprometer el horror del futuro próximo.

    Mi precedente.

    • Para cerrar el debate. Más allá de las consideraciones jurídicas, hay una conclusión más que debatible «a los sediciosos y subversivos que atentaron contra la seguridad del Estado….se hicieron del Poder en Octubre de 2003». Nuestro gobierno, GOBERNÓ el país hasta junio de 2005 y Rodríguez hasta enero de 2006. Revise Usted mi equipo de ministros, prefectos y autoridades de mi designación. revise mi apego a la norma, a la CPE y sobre todo a la persuasión y razonamiento respetuoso con el país. Las acciones de gestión, y sobre todo la forma en que encaramos las arremetidas de los que según esa lógica estaban en el poder. Si estaban en el poder ¿porque los bloqueos, huelgas, ultimatums infinitos que hacían en contra nuestra?
      Hay un límite de respeto que toda persona merece. Soy muy abierto a la crítica y soy muy autocrítico, pero no tolero la calificación y caracterización de «quienes se hicieron del poder en 2003»-
      Para que quede claro JAMÁS, NI UN SÓLO MINUTO DE MI PASO POR LA VICEPRESIDENCIA HICE UNA SOLA COSA A ESPALDAS DEL GOBIERNO O PARA DEBILITARLO Y MENOS PARA DESESTABILIZARLO HASTA EL DÍA DE MI SEPARACIÓN OFICIAL DE ESTE. POR EL CONTRARIO, DESDE FEBRERO HASTA OCTUBRE EN INNÚMERABLES REUNIONES TRATÉ DE PERSUADIR AL PRESIDENTE Y SUS MÁS ESTRECHOS COLABORADORES DE CAMBIAR EL INEVITABLE RUMBO AL DESASTRE AL QUE LLEVABAN AL PAÍS. ASUMO MI RESPONSABILIDAD EN LO QUE PUDE HABER HECHO MAL DESDE UNA AISLADA PRESIDENC IA DEL CONGRESO POR MI CARACTER NO PARTIDARIO, COMO ASUMO MI RESPONSABILIDAD COMO PRESIDENTE EN EL PERIODO 2003-2005, pero no acepto ni aceptaré que quienes (no hablo de usted) propiciaron ese camino al desastre, tengan hoy la desvergüenza de señalar y acusar desde la sangre a quienes luchamos por recuperar el valor de la vida. Es un grotesco mundo al revés en el que las palomas deben responder por los disparos de las escopetas que les apuntan.

  7. Interesante ese debate

    En sintesis Sr. Carlos, para su arrepentimiento eterno, ud estava en el lugar correcto pero en el tiempo errado.

    Si la mentira de la prensa de los muertos hubiera sido verdad, en estos momentos hubiesemos estando descuartizando a Evo con cuatro caballos en plena plaza Murillo.

    Pero como todo esto solo es especulación, creo que el domingo ganará la eleccion de los magsitrados, por que el pueblo que apoya a Evo Morales dara otra leccion de democracia.

    alguien apuesta? lo contrario?

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