El País de los Discursos Huecos

HOMBRES HUECOS4

No existe ninguna posibilidad de construir un modelo político y social de transformación y cambio si no se entiende que su base debe construirse en la fortaleza y consistencia de los valores éticos de la sociedad donde ese cambio se propone. No es un camino unilateral ni vertical, en el que lo dicho es parte de una retórica vacía que nada tiene que ver con los patrones de comportamiento individual y colectivo, y sobre todo con la comunidad imaginada por sus miembros. Debiera ser, por el contrario, un camino de ida y vuelta.


La ruptura total entre lo que se dice y lo que se hace acaba por imponer una brutal esquizofrenia en la que las palabras son progresivamente vaciadas de contenido. Peor que eso, se produce una ruptura de tal magnitud que el vacío sustituye cualquier elemento profundo de lo que se dice. El discurso comienza a transitar una ruta absurda de lugares comunes y huecos cuyo contraste con la realidad, con la verdad de las cosas es tal que termina por formar parte del paisaje.

Comportamiento honesto, transparencia, austeridad, relación armónica del ser humano con la naturaleza, búsqueda del vivir bien, respeto a la madre tierra, recuperación de los valores ancestrales, reciprocidad en el contexto de una sociedad comunitaria, respuestas propias ante las deficiencias de las propuestas de Occidente…palabras, palabras que se lleva el viento de los Andes ante una evidencia abrumadora, la imposibilidad de construir una sociedad real de valores en los que la raíz ética sea lo suficientemente poderosa como para sembrar en tierra fértil. Nuestra deficiencia fundamental, la de todos, no solo de aquellos que dicen representar la reserva moral del país, sino de los diversos estratos, las regiones, la totalidad del conglomerado boliviano, es que no hemos construido un modelo de comportamiento, carecemos de la argamasa entre reflexión y acción que nos dé consistencia.
Es sin duda un tema de educación, más allá de la colección interminable de adjetivos que provocan escepticismo, cuando no sorna, no porque sean muchos y muy grandilocuentes, sino, sobre todo, porque nada tienen que ver con una realidad dramática y brutal en la que campea la ignorancia. Educadores mediocres o malos, o muy malos, estructuras de formación basadas en la repetición interminable de un pasado decimonónico mal maquillado de tecnología, pero, sobre todo, la incapacidad de transmitir valores e ideas con contenido verdadero. No hay una renovación  en la base de la sociedad. Padres y madres repiten una lógica en la que se mezcla la resignación con el descaro. Hay una conciencia subyacente de imposibilidad de que nuestra línea torcida se pueda enderezar. Una simple coartada, no hay ninguna línea torcida en ninguna parte del mundo que no pueda cambiarse, no existe sociedad humana alguna que no pueda entender sus deficiencias y actuar en la dirección adecuada para superarse, siempre y cuando el discurso ideológico y, sobre todo, el discurso moral no sean una grosera suma de autojustificaciones ni de excusas.

El decir que tienes una cultura superior no te convierte en superior, responder con la misma falta de racionalidad a la mirada condescendiente de la cultura occidental o supuestamente occidental con la misma condescendencia, es absurdo. No se combate el esencialismo con esencialismo, no se construyen paraísos afirmando con castillos de naipes que esos frágiles naipes son paraísos.
Tan nocivo es repetir hasta la saciedad que somos un fracaso, que no tenemos condiciones para vivir mejor (o vivir bien), como afirmar exactamente lo contrario, en ambos casos sin otro fundamento que la comodidad del victimismo, o la invención de mundos que no existen en otro lugar que no sea la ilusión de que decir algo lo convierte automáticamente en verdad.
Ninguna premisa que pretenda congelar el tiempo tiene sentido, porque no hay comunidad humana que pueda afirmarse en el inmovilismo. El mundo indígena, como el europeo o el asiático, están destinados al cambio, a la dinámica, a la transformación, a avanzar en una determinada dirección en la que inevitablemente se recibirán elementos ajenos que terminarán por formar parte de un todo que antes fue distinto y que mañana será otro, tan otro como lo es el presente con relación al pasado.

La respuesta no está en el estéril debate en el que pareciera que lo único posible es demostrar cuán mejor soy yo que los demás, está en la certeza de que la transformación interior solo se aprecia en la acción, decir y hacer deben ser una misma cosa. El hacer del país debe pasar por una revolución interior de la colectividad, por la certeza de que hay cosas que no pueden perpetuarse. No puedes predicar reciprocidad en medio del materialismo más descarnado, no puedes predicar armonía con el medio al lado de montañas de basura, no puedes predicar responsabilidad colectiva ni acción comunitaria si después de una fiesta y de una borrachera monumentales una tercera parte de la fuerza de trabajo se toma uno o dos días laborables para reponerse del chaqui. No se puede hablar de valores superiores a occidente si a la hora de pagar un salario, reconocer un número razonable de horas de trabajo, unos derechos sociales y un criterio de ahorro para garantizar el futuro, nos encontramos con falsas cooperativas que no son otra cosa que nidos de explotación y enriquecimiento de unos pocos, o empresas productivas informales que sobrexplotan sin consideración alguna a sus trabajadores.

Vivimos una ficción discursiva, una borrachera de conceptos que disfrazan una dramática verdad, en todos  los niveles de nuestra sociedad. La ética es una construcción compleja y difícil, pero imprescindible, no está hecha de palabras sino de ejemplo y de acción de todos los días, algo de lo que hoy carecemos de forma alarmante

6 comentarios en “El País de los Discursos Huecos

  1. Señor ex-presidente, conozco un texto bíblico que puede resumir lo que comenta: ………..nada nuevo hay debajo del sol (eclesiastes 1:9) usted que conoce de historia sabe a donde para este «pais de las maravillas». tenemos una tipologia de comportamiento repetitivo, el profesional mal preparado que prepara mal a la nueva generación, padres de hogares disfuncionales que generan mas hogares disfuncionales. Es verdad que no se trabajó sobre los fundamentos éticos, morales del nucleo de la sociedad «la familia»
    Soy potosino y veo que se repite el mismo patrón generación tras generación, españoles explotadores que «saquearon a Potosi», empresarios de la rosca minera de los años 20, 30 y 40 tipo Soux y Patiño que «saquearon a Potosi». Empresarios que utilizaron la política, tipo COMSUR, COMCO, MANQUIRI, SAN BARTOLOME y cooperativas serviles que……… que «saquean a Potosí»
    Pero a la mayoría de la gente parece no importarle…. Sergio Almaráz en su libro EL PODER Y LA CAIDA, menciona la opinon de Patiño con respecto a los mineros potosinos…. «esos indios se tiene que darles lo suficiente para que coman y se embriaguen….» ahora veo igual, con tal de tener para los placeres, muchos piensan en el HOY, …….y ¿que será cuando se acabe la materia prima?

    Ud menciona en su libro MEMORIAS DE MI GOBIERNO que Bolivia se construyo en torno a Potosí y si Potosí deja de existir ¿Bolivia también dejará de existir?

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  3. Excelente Analisis ….
    El Ciudadano mayormente percibe , lo que ve y se deja llevar por las apariencia , no hay ese trabajo de esencia ( valores eticos y morales) la educacion de nuestra generaciones anda de retroceso, el proceso de ciudadano boliviano , cada vez se esta yendo a la irracionalidad ( siempre cuando este comentario es muy subjetivo) ( tampoco quiero meter todos a la misma bolsa)
    si tan solo nuestro gobernantes pensaran mejor invertir en educación y salud que desde mi punto de vista son los mas fundamentales.
    es muy alarmante el pensamiento andino (aymara) que lo constituye gran eje del actual gobierno , con el regionalismo que existe en el oriente boliviano , ¿ como construir un pais en base a las 36 nacionalidades bolivianas que existen?
    Saludos Carlos Diego.

  4. De acuerdo. Pero hay algo que se ha olvidado señor Presidente. Ninguno de nosotros es perfecto. Ninguno ha estado libre de cometer errores. Todos los políticos, todos los ciudadanos, todos los humanos, no solo podemos, sino que debemos, reconocernos como seres falibles.

    En ese sentido, cuando fallamos los ciudadanos, lo resolvemos internamente, pero cuando fallan los políticos, las cosas se ponen públicas. Los errores suyos, que existen, tienen consecuencias hoy. Igual que los errores de Samuel, de Evo, o de Tuto, o de Goni. Por eso, ninguno de ustedes puede esperar que el pueblo no note sus errores, pero tampoco puede quedarse asi nomás, incólume, como si no los hubiera cometido.

    El pueblo espera de ustedes que enmienden sus errores así, públicamente, como los cometieron. Sin enojarse, sin estresarse, pero con mucha humildad, con el conocimiento claro de que así como hubieron errores, hubieron muchos – y GRANDES – aciertos.

    Por eso, hoy, muchos ciudadanos nos hemos tomado la libertad de pedirle Un Binomio de Unidad a los políticos. Usted no ha dicho nada al respecto. No lo culpo, ya que supongo que ha viajado mucho.

    Sin embargo, si quiere ver cambios verdaderos en el país, le recuerdo lo que alguna vez le dije: No conozco nadie que enmiende su conducta cuando se le da palo todo el tiempo. Mucho menos todo un pueblo. Si le damos palo al pueblo todo el tiempo, solo lo hacemos más débil y presa de la esclavitud. Por tanto, rescatemos lo bueno que tenemos los bolivianos, que es mucho.

    Ayúdenos. No tome el fácil camino de dar solamente opiniones, sin involucrarse.

    Estamos todos muy preocupados, y muy ocupados, porque lo que viene, como usted bien sabe, es un cambio de historia, o el abismo.

    Disculpe mi amargura de hoy, disculpe si lo molesto, pero siento que no puedo callar.

    Un saludo.

    Jacqueline

  5. es verdad que las grandes mayorías influyen a las minorías tanto económico político y cultural pero el cambio se logra de grandes emprendedores y soñadores cuanto mas conocimiento uno tiene mas posibilidades tiene para implantar en diario vivir
    los pueblos con esa característica que tiene es su forma de ser sencillez y a beses
    humilde aguerrido a laves permaneció permanece y permanecerá por que es su identidad no digo que es perfecto no conozco pueblo o nación perfecta como nos quieren hacer conocer por la televisión o radio o videos sino maquillan su cruda realidad

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