Moonfire

Extraña combinación entre la épica y la desesperanza, entre la finitud y la sensación de invencibilidad, entre la soberbia y la conciencia de nuestro tamaño verdadero.

Hace poco me encontré de casualidad con el excepcional libro de Norman Mailer, “Moonfire” (1971, republicado en una bella edición ilustrada de Taschen en 2009), sobre el viaje a la luna del Apolo 11.

Mailer compara el despegue del Saturno V con Moby Dick, la ballena blanca. Sugiere la imagen en dos sentidos, el espíritu indomable del capitán Acab y su Leviatán como un demonio interior, él mismo. La nube blanca de condensación alrededor del cohete generada por la bajísima temperatura del hidrogeno liquido, se parece mucho a la nube de espuma y agua del chorro que expulsa el cetáceo al salir a la superficie. El color níveo de ambos cuerpos, imaginados como uno solo, se funde en el momento en que el aparato comienza su despegue. Es el comienzo de la aventura humana hacia las estrellas que arrastra consigo el peso inmenso y doloroso de una sociedad desgarrada. 1969 fue en Estados Unidos el año de Woodstock, el de la escalada de Vietnam que comenzó a administrar Nixon, el de la contracultura, el de las intensas experiencias con el LSD, el de Abbey Road y Let it Be…

El Apolo 11 con sus tres tripulantes define la condición humana, el guiño de una conciencia individual y colectiva que se disuelve a los ojos del casi millón de personas que miran cómo el fuego inmenso de la nave —la mayor que haya generado nunca una maquina hecha por el hombre— se hace uno con el azul-negro del espacio exterior. El viaje que los astronautas no elaboran en su profunda dimensión sino como lo que son, experimentados pilotos, ingenieros y técnicos, lleva consigo la llama interior de la humanidad, un fuego cuyo destino de epopeya se convierte en un simple guiño en la inmensidad del espacio. Contrapone el infinito y el grano de polvo, desafía al tiempo y se hunde en su implacable dimensión, alcanza velocidades de vértigo y parece una pluma detenida ante la falta de brisa.

La sinrazón de Acab que persigue a su alma, a su infierno, a sí mismo, que se entrega a una causa que no es otra cosa que su propia muerte, se desplaza a veintisiete mil kilómetros por hora tras una quimera que nos haga grandes.

¿Hay preguntas esenciales? ¿Hay respuestas esenciales? ¿Es verdad que la esperanza existe? ¿Qué ocurrirá cuando en el tránsito del tiempo geológico la especie humana desaparezca y no deje tras de si otro rastro que el polvo estelar del que surgió?

Neil Armstrong no fue exactamente Cristóbal Colón. En el siglo XV la ruta a descubrir en esa terra incognita, era más incierta que la que casi medio millón de personas contribuyeron a hacer posible en el siglo XX detrás del inmenso impulso del complejo del proyecto Apolo. Ambos, Armstrong y Colón nos recuerdan las dos cosas, la valentía en el emprendimiento y su ser perecedero.
En “Moonfire” Mailer deja entrever nuestra naturaleza, la pertinacia de la inmortalidad buscada, nuestra ancha veta espiritual, el momento intransferible del fin y la posibilidad de acercarnos al espejo de la trascendencia. El espejo material de nuestros cuerpos se mira cada mañana, de cada día, de cada año que transcurre. La verdad de ese espejo es la finitud, el acabarse, el descender al agujero negro de la vejez y sus carencias, el asumir la fatuidad de nuestros sueños de grandeza. El otro, el de la esperanza y el de la fe, es el que nos conecta a la ilusión de lo divino, a la compensación más allá de nosotros mismos, a la fusión con un ser total y eterno que parece estar más allá de las estrellas.

El joven astronauta que pisó la Luna por primera vez en la historia humana, devino en anciano respetable, pero anciano al fin. Murió a los 82 años por complicaciones postoperatorias de una cirugía cardiaca. Bien le cabría el título del último libro de Vargas Llosa; “El Héroe Discreto”. Lo que de él se recuerda es la célebre frase que dijo al poner el pie en nuestro satélite: “Este es un pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la humanidad”. Ese gran salto nos da la perspectiva de lo que realmente somos y lo que realmente significamos en términos absolutos. Lo que importa en ello es la mirada del tiempo, desde el tiempo o desde fuera de él, la conciencia del transcurrir y el sentido o el sinsentido de la historia, en tanto parte del devenir humano atrapado en la corporeidad y anhelante de la permanencia eterna del espíritu.

En medio del trueno ensordecedor del fuego físico y poético del viaje lunar del Saturno V, aparece la gigantesca ballena blanca que obsesiona a Acab. Sale desde las profundidades, captura a los pequeños hombre y se los lleva en un viaje imposible al infinito.

3 comentarios en “Moonfire

  1. «Its hazards are hostile to us all. Its conquest deserves the best of all mankind, and its opportunity for peaceful cooperation may never come again. But why, some say, the moon? Why choose this as our goal? And they may well ask why climb the highest mountain? Why, 35 years ago, fly the Atlantic? Why does Rice play Texas? We choose to go to the moon. We choose to go to the moon in this decade and do the other things, not because they are easy, but because they are hard, because that goal will serve to organize and measure the best of our energies and skills, because that challenge is one that we are willing to accept, one we are unwilling to postpone, and one which we intend to win, and the others, too.»

    «Sus peligros son hostiles a todos nosotroe. Su conquista merece lo mejor de toda la humanidad, y la oportunidad para una cooperacion pacifica puede no volver jamas. Pero porque, dicen algunos, la luna? Por que escoger esto como nuestra meta? Y tal vez deberian preguntar tambien porque trepar la cima mas alta? Porque, hace 35 años atras, volar el Atlantico? Por que Rice juega contra Texas? Elegimos ir a la luna. Elegimos ir a la luna esta decada y hacer las otras cosas, no porque son faciles, pero porque son dificiles, porque la meta servira para organizar y medir lo mejor de nuestras energia y abilidades, porque es el desafio que uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer, y uno que planeamos lograr, y los otros, tambien»
    JFK – 12-Sep-1962

    Igualmente, Churchill ofrecio «sangre, trabajo, lagrimas y sudor». Es asi como una nacion avanza y los grandes logros se materializan. Sin embargo en nuestras latitudes, nuestros lideres hacen ofertas populistas. Prometen bonos, prometen un «buen vivir» que sera logrado sin el mas minimo esfuerzo, simplemente robando de «los ricos» y repartirlo entre «los pobres.» A que norte apuntamos?

    En ocasion del Capt. Ahab, comparto a Sheldon Cooper, citando a Khan quien a su vez cita al Capt. Ahab explicando su obsesión por la ballena.

  2. Chasqui

    Lo que menciona tanto Ud. como el Sr. Mesa se puede complementar con una frase “Nosotros somos como enanos aupados a hombros de gigantes” dicha por Bernardo de Chartres ya en el siglo XII.

    Sin embargo dudo que se entienda por «logro» esta palabra que resume el alcanzar una meta, después de los sucedido en lo que conocemos como América o lo que se hizo en África y otras latitudes del mundo.

    El llamado «descubrimiento de América» que no es otra cosa que una «invasión de este continente» debe generar por lo menos dudas de a donde es capaz de llegar el ser humano con los llamados «logros de la humanidad».

    Esta claro que viajar al espacio es un paso inevitable, pero no se lo debería ensalzar en magnitud por los antecedentes que tiene la humanidad.

    Saludos

  3. Vamos a reconocer el tono filosófico y poético de este artículo. Difícil para muchos tan enfrascados en política (donde están los opinadores poetas o filósofos?). El ser multi- facetico es concebir la existencia humana, creo, en mejor forma.

    Mirar mas allá de nuestro vivir cotidiano y lidiar con temas universales, como el espíritu explorador del género humano, puede ser también enriquecedor y ver como dentro de cada persona existe ese destello filosófico de preguntarse que hay mas allá o hasta donde pueden alcanzar mis conocimientos (Existe el infinito?).

    Moonfire es un libro con extractos del libro original de Norman Mailer «De un fuego en la luna», que no reflejan exactamente el sentido general del primer libro de Mailer pues se escogieron partes políticamente inofensivas. Sin embargo, Mailer cuya prosa y vida es prolífica (34 libros y 9 hijos en 6 mujeres), ya que puede dar lugar a pensar mucho mas allá de lo que pensaron quienes lo comisionaron para escribir un informe acerca de Apolo 11. En su estilo de cierta manera caótico, escribe de preocupaciones filosóficas, reflexiones acerca del dinero gastado, de la contradicción de alta tecnología al lado de defectuosas máquinas de gaseosas, de Marx, Freud, Newton y Von Braun, de la » psicología» de las máquinas, pasajes de la Biblia de los detalles técnicos (gracias a su profesión, ingeniero, tenemos alguna vez un escritor ingeniero), de que la mayor parte de este viaje es controlado por computadoras, etc. Y sutilmente escribe en contra de los que le comisionaron (revista Life) y se estrella contra los WASP (Anglosajon blanco protestante) que conformaban el grupo humano dominante de la NASA, logicamente por ser el judío.

    El libro original enfrenta todas las ideas que flotan en el ambiente de ese viaje a la luna como por ejemplo de porqué no habia astronautas negros, mexicanos o hasta italianos (y porque no, escritores?) parece que no deja piedra sin dar vuelta. Hasta se las da de pronosticador del futuro pues escribe en 1970 sobre computadoras que cabrían en una caja de cigarrillos. Lo que le añadieron a «Moonfire» son las fotografias de primera calidad, aunque recortaron las cerebrales elucubraciones anti-sistema de Mailer.

    En todo caso, el lanzarse a lo desconocido parece ser la esencia del hombre. En el caso de la carrera espacial ya se ven los límites. El salir de nuestro sistema solar, hoy en día, parece algo inalcanzable pues las distancias inter-estelares son simplemente insuperables con la tecnología actual. Llegar a las estrellas con posibles formas de vida mas cercanas puede tomar 20 años luz. Pero la mente humana ya está tratando de resolver este nuevo reto y las soluciones ya vienen surgiendo.

    Pero bueno, volvamos a la tierra y a Bolivia, e inevitablemente hablemos del gobierno. Indicaban por ahí que se debería empezar a implementar un programa espacial y parece acertado, pero en conjunción con investigación científica, no sólo espacial sino en diferentes rubros como la medicina, etc. Tenemos que movernos al ritmo del mundo. China acaba de prácticamente estrellar un «rover» en la luna, India tiene en viaje un explorador con destino a Marte. La motivación de nuevos horizontes por descubrir impulsa avances tecnológicos que pueden justificar el destinar fondos a investigaciones de este tipo. La exploración parece ser parte de la esencia del hombre y con una visión integradora se pueden dar pasos hacia un mejor futuro asi como la motivacion espacial ha dado lugar a avances cientificos saludables. Y el aporte de Mailer asi sea simplemente para ayudarnos a hacernos preguntas así como el aporte de Carlos Mesa cuyo aporte puede ser el abrirnos los ojos en muchos temas, el espacial en este caso.

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