Entrevista publicada en la revista Cosas Nº 189 de 14 de febrero de 2014
Por Carla Tejerina
El ex presidente de Bolivia afirma categóricamente que no participará como candidato en las elecciones generales de octubre. Opina que hay dos aspectos inaceptables en el gobierno de Morales, el condicionamiento de la libertad de expresión a un tema de pauta publicitaria de parte del Gobierno y la justicia, en la que la corrupción ha llegado a niveles inaceptables.
Dedicado a la actividad intelectual, Carlos Mesa distribuye actualmente su tiempo entre la cátedra, invitaciones internacionales para dictar conferencias y encuentros de con ex mandatarios. Considero que los ex presidentes constitucionales que tienen la oportunidad de vivir en su patria pueden, a través de su opinión, generar una corriente de pensamiento. Para ese fin, en su caso, echa mano de las redes sociales; se considera un asiduo twittero y tiene publicados un par de blogs. Además, escribe una columna en un diario local. Estas herramientas le dan la oportunidad de no desprenderse de la actividad pública, pero desde la lógica del ciudadano.
Acomodados en su biblioteca y rodeados por amplios muros que resguardan sus obras preferidas, así como todo un registro de publicaciones referidas al país y a su trayectoria personal, iniciamos una conversación que tendrá como tema central su visión acerca de los escenarios y los actores que protagonizarán las elecciones el 2014.
-¿Usted cree que Evo Morales se perpetuará en el poder? ¿Cree posible que impulse medidas como una enmienda constitucional, como lo hizo Hugo Chávez en Venezuela, para aprobar una reelección indefinida?
-Yo creo que no debe perpetuarse en el poder. Morales ha cumplido su rol histórico y este segundo mandato, en mi opinión, cerraba ese aporte en lo que ha sido positivo o negativo. Mi impresión es que el poder ha enamorado a Morales; es un hombre de poder y siempre lo ha sido y, en consecuencia, va a hacer todo lo que esté en sus manos para quedarse el mayor tiempo posible.
Él no ha necesitado un referéndum ni una modificación constitucional, le ha bastado que el Tribunal Constitucional le dé el visto bueno, lo que rompe toda norma constitucional. Le ha sido mucho menos difícil de lo que se pensaba, menos difícil de lo que le ha significado a (Daniel)Ortega, por ejemplo, quien ha tenido una repercusión de crítica interna mucho mayor. Además, la oposición se la ha hecho fácil con muy pocas protestas; no se ha creado una corriente nacional que objete lo que ha sido evidentemente una vulneración de la Constitución. Mi opinión personal es que el Tribunal vulneró la Constitución, pero como éste tiene la última palabra, la tengo que acatar.
-Pasando a las elecciones. ¿Cree que en octubre, en el Oriente pesará más la idea de que con el gobierno del MAS se mantendrá la bonanza económica o el apoyo a sus líderes regionales? El año 2009, pese a todos los discursos opositores, un 40 por ciento de Santa Cruz votó por Evo Morales.
-La pregunta vale tanto para el oriente como para el occidente. Creo que el ciudadano que es “anti-Morales”, que representa un tercio de la población, independientemente si es cruceño o cochabambino, votará contra Morales. El elemento de debate es el 30 por ciento que está en el medio y que hay que conquistar, ya que un 30 por ciento está a favor del Presidente. En las elecciones de 2005 y 2009 la conquista la hizo Morales por un conjunto de elementos de cambio, de transformación, de expectativa. Ahora Morales tiene en sus manos dos temas contra los que la oposición tiene que encontrar el antídoto: primero, la estabilidad política de largo plazo, autoritaria, pero estabilidad. Segundo, éxito económico. La oposición tiene que convencer a Bolivia de que el éxito económico tiene que ver con una coyuntura externa y que no es mérito de Morales.
El elemento más duro para mí es que este es un gobierno autoritario que no respeta los derechos humanos, que judicializa la política, que controla los tres poderes políticos del Estado. Todo lo que es desinstitucionalización es un argumento para las élites, pero no creo que sea un argumento que tenga éxito para la base de la sociedad. El ciudadano promedio se va a preguntar a la hora de votar: ¿Morales me garantiza éxito económico? Si lo hace, votaré por él, independientemente de si estoy a favor o no en lo íntimo de lo que Morales representa.
-El MAS enfrentará una oposición que aparentemente estará fragmentada y con nuevos candidatos que dispersarían el voto. Además, el Gobierno dispondrá de amplios recursos para su campaña y con todo el respaldo de sus medios de comunicación. Bajo esta premisa, ¿llegará el MAS a conseguir los dos tercios?
-Las elecciones no van a ser justas ni ecuánimes para los contendientes. El Gobierno no solamente tiene el poder mediático de sus propios medios y los que controla directa o indirectamente, sino recursos ilimitados y una capacidad de transformar todas las acciones de política pública en propaganda. Lo que el Presidente va a inaugurar en los próximos seis meses va a ser un verdadero carrusel, porque además está cosechando ocho años de gobierno y eso no es poca cosa. En relación al tema de la dispersión del voto, el 2005 Jorge Quiroga recibió el 28 por ciento de los votos, el 2009 Manfred Reyes Villa el 27 por ciento en el peor momento de la oposición. En ambas elecciones la oposición estaba mucho más débil y con menos perspectivas que ahora, en términos del desgaste del Gobierno y porque Evo Morales representaba la ilusión completa.
No tengo la menor duda de que la base del voto de la oposición es alrededor del 30 por ciento. Hay dos posibilidades: o la oposición logra unificar una candidatura en los próximos dos meses, poco probable, o, y si no ocurre, el votante va a definir la unidad de la oposición.
-Bajo la premisa de que la participación indígena en el Gobierno es descolonización ¿cuán descolonizador ha sido realmente el MAS? De 130 diputados, argumenta Silvia Rivera, solamente siete son indígenas. Y el nuevo gabinete está conformado por profesionales de clase media.
-El MAS está comenzando a perder la esencia de su discurso descolonizador, ya se ha convertido en retórica y ha dejado de ser algo real, lo que no quita que hemos vivido un proceso de descolonización muy importante. El gran problema del MAS es que su relación con el mundo indígena es injusta, desigual y asimétrica entre el mundo andino y llanos, por lo tanto, es con los propios indígenas que no cumple los requisitos de estructurar respuestas justas para las demandas de todos. Hay indígenas que están en un rango e indígenas que están en otro; el caso del Tipnis ha sido el ejemplo más ilustrativo de esta situación.
La idea de la descolonización tiene que ver con que nuestra mente se independice de determinado tipo de condicionantes de discriminación, de exclusión y de mirada de superioridad desde el occidente al mundo indígena. Este es un Estado Plurinacional tan aimara, quechua, guaraní, mestizo, hispánico, europeo, como cualquier otro de los elementos que expresen la totalidad de Bolivia.
PERFILES Y CANDIDATOS
-Un elemento que pesa y se incorpora en las elecciones es el tema étnico. Anteriores candidatos no incluían su origen como parte de su perfil ¿Qué opina al respecto?
-Si una condición para enfrentar a Morales es la cantidad de cultura, sangre, origen étnico aimara, el mejor candidato en este momento sería un Félix Patzi o un Víctor Hugo Cárdenas, y no creo que el país esté en esa lógica. Mi impresión es que la candidatura que enfrente a Morales no va a tener éxito por el color de piel de su candidato. Hemos roto el elemento inverso, hoy no se descalificaría a un profesional de alto nivel, como a un indígena, a un cocalero o un sindicalista; Morales ha roto la última barrera, el último tabú de que había que ser un “doctorcito” para llegar a la presidencia. Hoy no estamos viviendo la descalificación de ninguno de los actores.
-Vemos la ausencia de mujeres en los espacios de poder, mientras en nuestros países vecinos tenemos presidentas. En Chile, incluso, en la segunda vuelta, dos mujeres disputaron el mandato. En Bolivia no se habla de ninguna postulación. ¿Por qué?
-Es un tiempo extraordinariamente importante para impulsar una candidatura femenina. Creo que hoy, gracias a políticas que ha promovido el Gobierno –y ese es un paso positivo– las mujeres han podido demostrar sus condiciones, hecho que en el pasado fue menos intenso. Tuvimos presidentas de cámaras del Senado durante el MNR, pero no la visibilidad, la incorporación, la militancia que vivimos con la mujer en el MAS. El partido de Gobierno tiene mejores opciones de candidaturas femeninas que la oposición, no porque hayan mejores mujeres en el MAS que en la oposición, sino que han tenido más oportunidades. Creo que por lo menos debería pensarse por lo mínimo en una candidata vicepresidencial; todavía estamos lejos de presentar candidaturas como las que has mencionado.
BOLIVIA Y EL MUNDO
-Los bolivianos estamos muy entusiasmados con los resultados del fallo de La Haya. ¿Usted cree que existe la posibilidad de que Evo Morales recupere el mar para Bolivia?
-Primero tendríamos que preguntarnos si Evo va a ser Presidente el 2014. Tiene muchas posibilidades. Si eso es así, yo soy optimista en el tema y en la forma que Bolivia ha planteado el juicio ante el tribunal de La Haya. Lo que no está claro es el tiempo. Va a comenzar realmente el proceso en abril, dentro de unas semanas, cuando se haga la presentación del alegato completo; a partir de ese momento podría decirse que es el momento cero. Perú ha tenido que esperar seis años y podría ocurrir que le toque a Bolivia al final del próximo gobierno o en el subsiguiente. Existe la posibilidad de que el próximo presidente, si fuera Morales eventualmente, pudiera tener un éxito histórico importante.
Soy razonablemente optimista con el tema; creo que el fallo que se ha vivido en las últimas semanas demuestra que si tú tienes una argumentación consistente y una forma de planteamiento que es coherente en términos históricos y jurídicos, las posibilidades de éxito son altas.
-Evo Morales desafió a los Estados Unidos: expulsó a su embajador, expulsó a la DEA y a USAID, y es muy duro en sus discursos con el país del norte, ¿qué opina usted acerca esta política exterior desde la perspectiva de su experiencia como ex presidente?
-Creo que Morales, en una perspectiva muy distinta a la que vivimos tanto interna como internacionalmente con los gobiernos bolivianos anteriores, pudo demostrar que se podía modificar una relación con la primera potencia del mundo, que fuera menos desequilibrada y donde exista menor injerencia y con mayor dignidad en términos generales.
El primer paso de distanciamiento y de exigencia de una relación más justa es correcto, lo que me parece innecesario es insistir en la lógica de congelación de las relaciones. No veo razón alguna para que no se restablezcan embajadas, que exista una vinculación bilateral fluida en el comercio, en la exportación e importación y que se incorpore a Estados Unidos en la comunidad internacional en igualdad de condiciones.
-Satélite, Dakar, energía nuclear, avión presidencial y, entre otros, una nueva flota de autos blindados para el Presidente muestran una Bolivia con bonanza económica y amplios recursos. Por otro lado, aún tenemos grandes deficiencias en cuanto a educación, salud y servicios básicos en áreas rurales. ¿Qué opina usted acerca del manejo gubernamental de los recursos de los bolivianos?
-Primero la forma. Yo no estoy de acuerdo con el mecanismo de contratación directa vía decreto y eliminación de trabas que son una forma de generar discrecionalidad y arbitrariedad en la toma de decisiones. Podemos discutir luego si la compra es necesaria o no, pero no podemos aceptar que se haga en los términos en los que se ha venido haciendo en general.
Segundo, hay evidentemente una desproporción entre aquellas cosas que son golpes de efecto en un sentido mediático y aquellas cosas que son estructurales y que el país necesita y, sin duda, yo creo que el Gobierno hace demasiados gastos en los golpes de efecto y no está ocupándose en profundidad en políticas de inversión social de largo plazo.
-Usted ha sido categórico en cuanto a su no participación en las próximas elecciones. ¿Cómo hará seguimiento de las mismas? ¿Asesorará a algún partido o será un simple observador?
-Hay dos posibilidades cuando tomas una decisión de ese tipo; participas o no participas, y en este caso la decisión es no participar. Eso quiere decir que no voy a asesorar a ningún partido ni respaldar a ningún candidato, ni estar con ninguna campaña; voy a estar como ciudadano haciendo un seguimiento y expresando mi opinión sobre el Gobierno y la oposición. Si yo hubiese querido hacer política hubiera sido candidato a la presidencia y me hubiera colocado en acción directa para trabajar en política, pero mi decisión es no hacerlo
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Felicidades al fotografo.
Sabia decision.
La fotografia refleja ese instante de calma ante algo ante todo. la vida misma.