El problema principal de la democracia boliviana hoy es la insistencia del gobierno en mantener una hegemonía política anclada en la idea del partido único, discurso único y modelo único.
Los reiterados triunfos electorales de Morales (especialmente 2005 y 2009), permitieron la construcción de una sólida mayoría y la consolidación de un dominio político basado en la legitimidad de origen que nadie puede cuestionar.
Simultáneamente, la oposición no fue capaz de hacer una lectura correcta de la realidad. Presupuso que el nuevo poder instalado el 2006 respondía a los parámetros de la política previa al 2003 y actuó en consecuencia. No pudo o no quiso construir partido desde una coalición y, fragmentada por las pulsiones regionales, acabó hundiéndose ante el discurso seductor de un oficialismo que venía con el imparable impulso del cambio.
Pero sería un error suponer que el déficit de la oposición explica la actual situación. El origen del problema está en la naturaleza intrínseca de los gobernantes, su convicción de que las transformaciones de fondo que llevaron adelante como producto de una marea popular, construyen una legitimidad más allá de las “convenciones” democráticas. En otras palabras, que su primer imperativo es la permanencia en el poder porque los cambios no tienen marcha atrás y la garantía de su ejecución depende de un sistema instalado de manera definitiva en el gobierno. Mente revolucionaria en una realidad democrática, lo que lleva a una lectura equivocada de la realidad.
La terrible conclusión es que lo que se está haciendo es lo que se debe hacer. Conclusión a la que conduce el ejercicio del poder total y la consolidación de mecanismos que están inevitablemente teñidos de autoritarismo. Para que esto haya sido posible y pueda serlo por más tiempo aún, se aplican determinadas acciones.
1. Control de todos los poderes del Estado. 2. Debilitamiento de la oposición descabezando a sus líderes más visibles a través de mecanismos legítimos e ilegítimos. Entre los ilegítimos la judicialización de la política y la vulneración de derechos básicos como el del debido proceso. 3. Reglas de juego desequilibradas. Los mecanismos y recursos del gobierno a favor de quien lo ejerce y se postula (a pesar de que la Constitución lo prohíbe) para seguir ejerciéndolo. Campaña electoral permanente a partir de recursos del Estado que se confunden con los del candidato. 4. Medios de comunicación amedrentados o copados, y medios de comunicación estatales que son plataformas de propaganda centrada en la figura del jefe del Estado. 4. Limitación o prohibición de acciones de oposición a las políticas del gobierno. La acusación de “política desestabilizadora o conspiradora” de todo aquello que se percibe como una forma de debilitamiento de las políticas oficiales (con consecuencias directas sobre quienes las ejercen). 5. Construcción de un escenario de “buenos y malos”, amigos y enemigos. El pueblo es sistemáticamente bombardeado con mensajes que establecen una lógica maniquea en la que no hay lugar para los matices. 5. Deificación del presente y descalificación sistemática del pasado. Nada de lo que se hizo antes de 2006 estuvo bien. La satanización de ese pasado a través de palabras con contenido negativo. Se desnaturaliza lo anterior y se la etiqueta (“Neoliberales”, léase, vendepatrias, corruptos, represores, defensores de los intereses de las elites, etc.). 6. El Presidente es un mito viviente, intocable y depositario de todas las virtudes. Culto a la personalidad. 7. Todo para los amigos, nada para los enemigos. Esta realidad da lugar inevitablemente al prebendalismo, cooptación y corrupción.
Nadie puede discutir los elementos de transformación positiva que implicó el proyecto de 2006, el buen manejo de determinados factores de la bonanza económica, el genuino esfuerzo por terminar la discriminación y el racismo, el impulso a la movilidad social y los méritos que han logrado un electorado importante favorable al actual esquema político. Pero tampoco se puede negar que la filosofía esencial del masismo no está apoyada en un espíritu democrático que crea en el pluralismo, el respeto a las ideas ajenas, la aceptación de que una oposición vigorosa es imprescindible para cualquier proceso democrático, y que la imprescindible alternabilidad obliga a aceptar la derrota como una posibilidad.
El robespierre andino actuara como Robespierre y Evo seguira siendo ego. El significado de otra victoria del MAS para «la democracia» merece una perspectiva de mayor largo plazo. A la descripcion del populismo, agregaria que el resto de latinoamerica, nuestra historia tiene mas caudillos revolucionarios que de estadistas letrados.
Si bien el gobierno estara aun mas teñido de autoritarismo e incluso tomando en cuenta que la mayoria de los votantes hoy no tuvieron que preocuparse de andar con el testamento bajo el brazo dudo que se logre instalar una «dictadura en democracia.» Sin embargo coincido que le sobraran razones a la opocision pare ser paranoica.
La vitalidad de este nuevo regimen depende de lo sembrado. El MAS no podra vivir de su cosecha. La mediocridad de gestion de los administadores publicos imposibilito la industralizacion prometida. La concentracion y dependencia de nuestra economia en industrias tradicionales es nuevamente peligrosamente alta. Esto les da a las cotizaciones de bolsa mas poder que a la oposicion. El libre mercado fija estos precios y por mucho poder que logre el MAS no podra contra el libre mercado. Similar ocaso aguarda al resto del ALBA. Despues de todo el simbolismo, lo que pesa es la economia.
Sr. Mesa, para mí es un placer saludarlo en éste año nuevo.
Ruego a Nuestro Señor Jesucristo que lo bendiga,a ud y a su familia, y los ampare y acompañe siempre.
Lo aprecio mucho.
Patricico Bustos
Hablar de democracia en la era del MAS es tratar con algo que parece no ser comprendido en plenitud por el pluri gobierno. Para empezar, la forma en que accedieron al poder, no fue precisamente democrática si se considera que obligaron a gobiernos democráticamente elegidos (no importa si buenos o malos) a hacerse a un lado.
También se nota confusión del término democracia en la misma cúpula del gobierno, basta citar las palabras de Evo cuando declaraba a un periodista (Jorge Ramos) que existe democracia en Cuba (¿). Y ahora, el hecho de la 3ra reelección es otro aspecto que indica una posición poco democrática pues es una muestra de que mas les interesa aferrarse al poder que tratar de actuar democráticamente. Y no vale nada, ni compromisos del propio Evo al indicar que no iria a una 3ra reelección, a tiempo de redactarse la nueva constitución, ni tampoco vale el espíritu de las dos constituciones, la anterior y la nueva, que indican que no debe haber 3ra reelección.
Y es que en el fondo parece que el pluri gobierno actua con una mentalidad, como sugiere el articulo, retrogada-revolucionaria, pues se quiere asemejar al sistema cubano de un sólo partido que pretende sostener que tienen la verdad y que su misión es quedarse indefinidamente en el poder.
Nada más falso pues el arte de gobernar no es una ciencia exacta y la verdad puede tener muchos matices y el aproximarse a esa verdad puede ser producto mas de experiencia y de enmendar errores. El pluri gobierno deberia dejarse de idealismos izquierdistas del siglo XX que probaron ser un fracaso en todo el mundo y también en Bolivia. Vamos a repetirles que la verdad puede residir en el ejercicio democrático y no en la creencia de haber descubierto la solución. Formaron una mística propia pero no incluyente y en muchos aspectos equivocados como el ensalzar la coca cuando este es un hábito de una subcultura que se pretende imponer al resto.
El pluri gobierno ha accedido al poder mediante el voto, y queriendo olvidarse de ello tiene la tendencia al totalitarismo y se está valiendo de métodos legítimos e ilegítimos, mostrando que su solución puede traicionar los mismos principios de transparencia que claman tener. Sus constantges declaraciones de que se quedarán hasta el 2025 son alarmantes pues se siente que lo quieren lograr de cualquier manera, lo cual suena anti-democrático.
Sr.Mesa, ud. ha hecho recientes declaraciones al periódico nacional chileno » Pulso» donde intercede de manera muy extraña y digámoslo claramente, de manera bastante oblicua, un poco zigzagueante y poco clara, respecto del futuro de las relaciones chileno-bolivianas, considerando la demanda en La Haya, y dice algo así como que para Chile es un problema enfrentar dos juicios de vecinos en dicho tribunal; ud piensa que Chile desmejora su imagen internacional. Bueno esa opinión suya tiene bastante de enjundia nacionalista y electoralista, creo .
Yo le puedo respetarlo a ud., y lo hago con sinceridad, pero no tengo que compartir sus opiniones o juicios aventurados respecto de patria, eso está claro, porque hay algo básico que al parecer las personas influyentes como ud. y mejor ni pensar del resto del pueblo boliviano, aún no comprenden del todo; tendremos que seguir bregando para que finalmente, algún día, asuman que Chile no les regalará soberanía en el Pacífico; eso es básico. Chile, y lo digo sin arrogancia, pero con el conocimiento mayoritario del sentir nacional, no está dispuesto a compartir el Pacífico con otra nación; una nueva competencia que además, será como una piedra en el zapato, porque , seamos francos, el boliviano sólo nos traerá problemas de convivencia y drogas, eso no lo queremos en Chile, nuestros organismos de seguridad lo tienen muy claro.; por tanto, y por el deseo inmesamente mayoritiario del pueblo chileno, eso no ocurrirá; Bolivia,continuará siendo una nación altiplánica, como siempre lo fue, ya que jamás tuvo acceso ni conexión directa al océano Pacífico, salvo cuando se les concedió en virtud de los tratados de 1866 y 1874, que incumplieron y generaron el conflicto que ahora les pesa.
Estimado Sr. Mesa, mi sentir personal, es como del 90% de los chilenos , tal vez 95%,y sería muy beneficioso para la opinión pública nacional boliviana que ud. comente sus opiniones personales en medios internacionales en su blog, así todos los bolivianos tendrán conocimiento de vuestras esclarecidas ideas marítimas, aunque no conduzcan a nada, porque la realidad supera la fantasía; siempre ha sido así. El Viejo Pascuero no existe.
Con el afecto de siempre,
MENTALIDAD PLURINACIONAL: Para el sociólogo alemán Theodor Geiger:
• “(…) las ideologías son sistemas de pensamiento elaboradas y organizadas más o menos intelectualmente, a menudo por escrito, por los intelectuales, pseudo-intelectuales, o con su ayuda.”
• Por el contrario, “Las mentalidades son formas de pensamiento y sentimiento, más emocionales que racionales, que proporcionan formas no codificadas de reacción ante distintas situaciones. La mentalidad es predisposición psíquica, la ideología es reflexión, autointerpretación; la mentalidad es previa, la ideología es posterior; la mentalidad carece de forma, es fluctuante, sin embargo, la ideología está sólidamente formada. La ideología es un concepto de la sociología de la cultura, la mentalidad es un concepto del estudio del carácter social. Las ideologías poseen un fuerte elemento utópico, las mentalidades están mis próximas del presente o del pasado.” (Una Interpretación de Los Regímenes Autoritarios; Juan J. Linz; Yale University)
Tras esta breve reseña, claramente, se puede identificar a la improvisación plurinacional bajo la categoría de ‘mentalidad’, y no así de ‘ideología’ (contenido intelectual). Que por cierto es una categoría característica de regímenes autoritarios, a decir del sociólogo Juan J. Linz.
Carlos:
Sea un hombre de verdad y asuma la responsabilidad histórica actual, porque la patria le dió el privilegio de ser Presidente de Bolivia, basta de discursos y publicaciones, haga algo efectivo.
Eduardo:
No estoy en política. No doy discursos. No haré nada efectivo en política. Escribo y seguiré escribiendo hasta que pueda hacerlo. Doy clases en la universidad aportando a la formación de nuestros jóvenes. Participó en reuniones internacionales lo que me permite dar a conocer la realidad boliviana.
Todos tenemos responsabilidades, usted también.
Eduardo, a mi juicio el Sr.Mesa no es un político tradicional, sino una persona que por otros méritos accedió, casualmente diría yo, a la primera magistratura de Bolivia; el es más un académico, un comentarista, un historiador, un hombre de buenos entendimientos, de diálogos, y se me hace que en cierta forma la política de trinchera le provoca distancia y repulsa, aunque está claro que con sus actividades internacionales, comentarios sobre el estado boliviano y sobre otros estados, sin duda hace política.
Eduardo,
Para hacer una critica, podrías haber elaborado, un poco o mucho mas, los fundamentos de la misma. Y parecería en vano comentar tus apreciaciones, pues posiblemente me imagino caerán en saco roto.
Sin embargo, pienso que Carlos Mesa si está cumpliendo una labor por el país con sus análisis de política contemporánea, así como su contribución en instruir al ciudadano común en asuntos históricos.
Ésta contribución es invalorable (mi punto de vista), si se considera que el nivel promedio de los bolivianos necesita ser mejorado en todos los campos (vaya que es necesario! ). Y Carlos Mesa no se limita a lo político, sino que sus escritos incursionan en otros campos como el literario, cultural y otros.
Entonces Eduardo, pienso que, aunque cualquier critica debería ser escuchada, el que juzga debería poner mas esfuerzo en exponer su punto de vista. Un debate de ideas sobre Bolivia, en cualquiera de sus aspectos es bienvenido y todos debemos aportar, cada uno desde su campo.