Publicado en Página Siete y Los Tiempos el 20 de noviembre de 2011
Bolivia y Estados Unidos firmaron por fin un acuerdo marco que normaliza las congeladas relaciones bilaterales. Es una buena noticia
La retórica antiimperialista no sólo está pasada de moda, es que no tiene ningún sentido. En los últimos diez años las cosas en el mundo han cambiado de tal manera que hablar en América del Sur y específicamente en Bolivia de imperialismo yanki, es como hablar de revolución cubana ¿Qué imperialismo y que revolución? Determinada izquierda anclada en un pasado hundido y mohoso, insiste en un discurso que nada tiene que ver con la realidad.
Estados Unidos está dejando progresivamente de ser la potencia de un mundo unipolar, más que eso, atraviesa su peor crisis desde la guerra civil de 1865. Es una crisis económica de una profundidad sin precedentes, un empantanamiento en sus aventuras militares cuya única solución es la salida más discreta (si esto es posible) de los escenarios de batalla, una crisis de liderazgo; en cinco años China puede convertirse en la primera potencia económica del mundo, y para rematar una crisis de identidad que comparte con Europa. El modelo occidental atraviesa un momento de revisión y de transformación. No, no de hundimiento como muchos quisieran, sino de redimensión interna y externa, que debe pasar por la ética.
Dicho esto, permítaseme el elogio a Evo Morales. La expulsión del embajador Goldberg fue un exabrupto y un exceso, pero sirvió para cortar con un afilado cuchillo la historia negra de nuestras relaciones y fue un corte para bien. Hay que construir a futuro un vínculo digno, de respeto mutuo y de verdadera no ingerencia. Los norteamericanos jugaron entre 1954 y 2003 un papel determinante en Bolivia, casi siempre en el mal sentido. No es que se olvide el apoyo y la cooperación, que fueron muy significativos, pero mucho menos gravitantes que la permanente ingerencia en nuestros asuntos internos, vía control de las elites, la construcción de un sistema de inteligencia manejado por ellos para sus intereses y una tutoría casi virreinal sobre nuestra política en general. Entre 1954 y 1964, EEUU apadrinó al MNR al punto que el gasto corriente era cubierto con sus donaciones primero y créditos después. En 1964 propició el golpe que derrocó a Paz Estenssoro en virtud de la nueva y sangrienta política anticomunista denominada Doctrina de Seguridad Nacional. Entre 1977 y 1981 se vivió una primavera. Los DDHH fueron –Carter mediante- un imperativo. Por eso EEUU retiró a su embajador ante el gobierno de García Meza y congeló las relaciones. Pero a partir de entonces, el tema obsesivo compulsivo fue el narcotráfico. La Ley 1008 (1988) es hija de esa obsesión y buena parte de su texto fue redactado bajo presión estadounidense. El intervencionismo llegó a grados vergonzosos. Washington forzó a más de un gobierno a ejercer dura y violenta represión contra los cocaleros y a intentar vanamente la política de coca cero (segundo gobierno de Banzer). Muchos muertos y heridos después, el resultado fue un fracaso de la lucha por la erradicación y contra la producción de droga. Hecha la salvedad del desarrollo alternativo y sus indiscutibles pero insuficientes logros, estoy convencido de que El Presidente Morales no lo sería sin la ciega y testaruda política antidrogas de estados Unidos en Bolivia. La torpeza del embajador Rocha en las elecciones de 2002 no fue sino el remate de muchos años de intervencionismo. Bien lo dijo el entonces candidato “La embajada Norteamericana es mi mejor jefe de campaña”. Quien sabe si también la implosión del sistema político en esos años no tiene mucho que ver con la forma de actuar de EE.UU. en el periodo 1985-2003.
Pero hoy ya no debemos mirar al norte con tanto énfasis, debemos mirar al este. El nuevo poder se llama Brasil, y nuestra relación con Brasil si no se maneja adecuadamente, puede traernos muchos dolores de cabeza. La economía brasileña es casi sesenta veces más grande que la boliviana. El cordón umbilical del gasoducto define que más del 35% de nuestras exportaciones van a Brasil y que en pocos años Brasil hará una compra “política” no económica de nuestro gas. Casi el 70% de la droga producida en Bolivia va al Brasil, buena parte para su consumo interno (es el segundo consumidor mundial de drogas), la otra va a Europa. El acuerdo tripartito EEUU-Brasil-Bolivia para la lucha contra las drogas, aún en medio de un agrio tira y afloja antes de su aprobación, es una forma elegante de que la DEA participe en Bolivia sin obligar a Morales a darle la bienvenida oficialmente. La presencia de Petrobras en el país es determinante para nuestra política energética y su influencia es de Estado a Estado. Las obras en el río Madera generarán un impacto ambiental muy significativo en la cuenca amazónica boliviana cuya garganta es precisamente ese gran río. La presencia de empresas constructoras tan cuestionadas como la OAS, plantea varias preguntas en cuanto al conflicto de intereses políticos y económicos en los gobiernos de Brasilia y La Paz.
En suma, hay que extirpar de nuestras cabezas el chip sesentero y setentero con el que mirábamos a EEUU, e incorporar el chip Brasil en nuestras relaciones exteriores, definiendo con este una política clara, equilibrada y acorde a nuestros intereses.
Estimado Carlos:
Mi nombre es Carlos Simon Simon, fui presidente y vicepresidente de la camara de diputados del gobierno de Victor Paz Estensoro. Estuve siguiendo tu documentales historico politicos y me parecen ser lo mejor de los ultimos tiempos.
En cuanto a tu articulo, me parece logico que el lugarteniente de los estados unidos (Brasil) comience a tener presencia continental, consiguientemente nosotros debemos preparar la guardia con politicas de comercio exterior que alcancen complementariedad y competitividad para proyectarnos al nuevo orden politico y economico del mundo.
Un abrazo
Lic. Carlos Simon Simon
Carlos, te recuerdo muy bien. Un abrazo, gracias por el comentario
La verda esta siendo que paises asi como lo son Brazil y China esten proyectandose muy rapido en el mundo global pero se debria tener en cuenta que como lo dijo anteriormente el amigo Carlos Simon preparar las reglas esta en nuestras manos ir elaborando conforme a nuestras necesidades un ambicioso proyecto ya siendo en la region el corazon con recusrsos notables que bien podrian negociarse bien y claro esta una politica con buena estrategia regionalmente .
Miramientos «muy nacionalistas»…. Las RRII en función de los vecinos, en sumiso acomodo al otro. ¿Pero cuando las RRII a partir de Bolivia hacia el mundo?
Seguramente, de darle crédito a ciertos grupos religiosos, el día de mañana se preferirá «el chip de la bestia», y no porque «esté de moda», sino porque «de otra forma no haya». A decir de esta tendencia, noto un cierto acomplejamiento, con respecto del «más fuerte», con respecto al macho cabrio sur-continental…¿Y será que el pez grande -como es natural- no terminará devorando al pequeño?
Norte, este, oeste, sur…Marte, júpiter…. ¿Pero quién mirará para adentro?…O se espera, como siempre, que «alguien» mire por nosotros¿?
Brasil hace lo que EEUU hizo, pero de una forma más abusiva, irrestricta y permisiva. Que el sosiego no enceguezca.
[Los romanos no amaron a Roma porque Roma fuera grande. Roma fue grande porque los romanos la amaron]
Estimado Carlos,
Me gustó en su artículo la parte que señala que debemos «incorporar el chip Brasil en nuestras relaciones exteriores»; sin embargo, un factor que divide a estos dos paises es el lenguaje, aunque sean parecidos, el portugués es diferente del castellano.
Como conseguimos que más personas aprendan portugues en Bolivia? Despues de todo, el ingles se ha vuelto fundamental, y el portugués puede convertirse en un diferencial. Sin duda para mi sería muy difícil estar donde estoy ahora (AB-InBev) si no supiera hablar ambas lenguas.
Como convencer/incentivar a nuestra juventud para que dedique menos tiempo a beber y bailar, y más tiempo a educarse (capacitarse! estudiar! aprender!) y a hacer deporte?
Cuales son sus ideas respecto a este tema de la Educación?
Slaudos cordiales
Andres Rosa Laserna
Estimado Carlos,
me gustaría saber su opinión sobre la declaración del presidente colombiano Juan Manuel Santos para la prensa inglesa sobre la descriminalización del cannabis y de la cocaína, el dijo: “si (acabar con la violencia del narcotráfico) significa legalizar, y el mundo piensa que esa es la solución, yo le doy la bienvenida; yo no estoy contra eso” (razonpublica.com). Usted cree que ¿debemos continuar ―pese al fracaso demostrado― con la política prohibicionista del gobierno norteamericano sobre el tráfico de drogas?. Usted tiene alguna otra alternativa o, en su caso, no sería mejor considerar el planteamiento que hace la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia? (drogasdemocracia.org).
Este nuevo paradigma, como lo llaman ellos, considera principalmente la despenalización del consumo de estupefacientes (Entrevista al ex-presidente Fernando Henrique Cardozo en El País).
¿Estaría usted de acuerdo con este planteamiento?
He expresado varias veces en foros internacionales mi posición sobre el tema. A mediados de este año mi opinión se publicó en «El País» de Madrid. !. creo que la lucha contra las drogas en América Latina y en Bolivia ha sido un fracaso. 2. Hay que dar un giro de 180 grados en la lucha contra el narcotráfico, empezando en EEUU. 3. La descriminalización que no es lo mismo que lagalización, es una opción que merece ser debatida.
Disculpe Carlos, pero me gustaría saber donde puedo encontrar el tema que indica, estuve buscando en la categoria «El País» de Madrid en su blog y la del periódico El País, en España, pero no hay ninguno que este relacionado con el trafico de drogas.
Muchas gracias
Fue una entrevista en la ltima pgina del peridico que nos hicieron en febrero de este ao en Alicante a Ernesto Samper y a mi. El tema principal no era el tema de drogas, que sali en la conversacin que sostuvimos con el entrevistado. lamento no poder darle el dato preciso ahora, ver si lo tengo archivado en mi carpeta de entrevistas en la que recojo las principales entrevistas publicadas que me hicieron.
El 25/11/2011, a las 20:27,
Me gusta mucho el artículo. En un momento de gran cambio en el sistema internacional y el debilitamiento del occidente y la entrada de potencias emergentes, pienso que Bolivia también ha de estar acorde con estos cambios, modernizarnos sosteniblemente. Pienso que es correcto afianzar nuestras relaciones bilaterales con Brasil, pero que no sea a costa de nuestras materias no renovables, porque también se ha de tomar en cuenta que el gran crecimiento del BRIC, en especial de Brasil, es a costa de la Amazonía.
Quisiera saber que opina don Carlos, luego que el Gobierno no firmó al final el Convenio…..Y parece que su intención es dejarlo ahí…..
El gobierno no tiene alternativa. Firmará el convenio. Las relaciones con Brasil, todas, dependen de ello