El «Monoblock» de la UMSA, Obra Maestra de la Arquitectura Boliviana del S. XX

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Hay un consenso general entre especialistas. Todos reconocen que el edificio del Monoblock de la Universidad mayor de San Andrés de La Paz, es una de las obras maestras de la arquitectura boliviana contemporánea.

Obra del arquitecto-urbanista Emilio Villanueva (La Paz 1884-La Paz 1970), figura imprescindible de la creación arquitectónica en Bolivia en la primera mitad del siglo XX.

En 1976 escribí un estudio sobre toda la obra de Villanueva que se publicó en la revista «Arte y Arqueología» Nº 5-6. El año 2013 saqué una serie de fotografías del monoblock que me parecen interesantes para destacar su belleza de diseño. Aprovecho ambas circunstancias para poner a consideración de los lectores la parte del texto citado referido al edificio.

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Monoblock central de la UMSA.

Larga es la historia de este edificio, larga y azarosa, pues es sede de una de las instituciones más controvertidas de nuestra sociedad:

Desde 1948 mucho ha ocurrido en la Universidad, y el testigo siempre presente ha sido el monoblock.  Nombrarlo es decir UMSA, y pensar en ésta es formar en la mente las líneas de este edificio: ambos son ya un todo inseparable.  Los 13 pisos color ocre han llegado a ser el símbolo presente de lo que es y representa la Universidad.  Ha sufrido directamente las consecuencias de dos cambios de gobierno; el del 64 y del 71, siendo en este último en el que recibió el más nutrido y demoledor ataque.  Pero se mantiene inconmovible, haciendo honor a la solidez y fuerza de su construcción.

Reconocer o recordar un edificio moderno en La Paz es muy difícil, pero es más difícil aún que haya quien no reconozca o recuerde el monoblock, punto de referencia capital en la ciudad, y ya parte integral de ésta.  Tal es la gran personalidad que ha logrado imprimir Villanueva en este bloque, que después de más de seis décadas puede competir con ventaja en funcionalidad y diseño con cualquiera de las construcciones de los últimos 10 años.

En 1936 llegó al rectorado Héctor Ormachea Zalles.  Su gestión se empeñó, primordialmente en conseguir un terreno adecuado para la UMSA, logrando en 1937 por la suma de cuatro millones de bolivianos, el traspaso a la Universidad de todos los terrenos y locales que hasta entonces eran propiedad del Colegio militar.  Estos terrenos estaban ubicados en lo que hoy en la Avenida Villazón, y fueron adquiridos cuando La Paz no llegaba más allá de la Avenida Arce.

La idea inmediata de la gestión Ormachea Zalles fue construir una Ciudad Universitaria en este terreno, que originalmente ocupaba algo más de hectárea y media.  Para ello se llamó a un concurso internacional de proyectos que fue declarado desierto, del que el mismo Villanueva nos dice:

Dibujo de Andrés de Mesa Gisbert

Dibujo de Andrés de Mesa Gisbert

“El jury calificador, constituido por los señores Luis Iturralde, Armando Gutiérrez Granier y Jorge Rodríguez Balanza, después de un maduro examen, dictaminó el rechazo de todos los proyectos, indicando que ninguno de ellos reunía las condiciones requeridas.  Eso sí, se acordaron remuneraciones a los que habían trabajado más, entre ellos los arquitectos Vitorio Aloisio, Paul Wadingler y Mario del Carpio (1).

Ante esta situación, el Consejo Universitario consultó con Villanueva, entonces Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, quien expresó:

Una Universidad con pabellones aislados y jardines, no puede ser construída en menos de seis hectáreas… Es imposible, entonces, en poco más de hectárea y media realizar una Universidad del tipo adoptado con edificios de altura corriente.  Se impone pues, multiplicar el número de pisos; llegar quien sabe a 15 0 20 para el cuerpo principal y 10 en los otros pabellones.

La Paz, situada en una hoya estrecha y con pocas áreas edificables, está obligada a desarrollar en altura.  La recuperación del área del suelo que permiten las técnicas modernas, está indicada en este caso.  Es una cuestión higiénica.  Con edificios altos se tiene más sol, más atmósfera, más aire puro.  Por otra parte el mismo paisaje que rodea la ciudad exige esta plástica urbana (2).

Justificó así la construcción de edificios tan elevados para las funciones de enseñanza.

El proyecto del Complejo Universitario comprendía 10 pabellones, más jardines y espacio para actividades deportivas.  Proyecto que contemplaba la demolición de la actual facultad de Ciencias Puras y Naturales y los edificios existentes en las partes anterior y posterior del terreno.  Sin embargo, la primera parte de la obra comprendía solamente el pabellón principal y los de Resistencia de Materiales e Ingeniería Sanitaria, que a la postre fueron los únicos que se pudieron edificar.  En relación al Complejo y su uso conviene ver el levantamiento isométrico que adjuntamos.

Colaboraron con Villanueva los ingenieros calculistas Miguel Gisbert y Roberto Azcui para el cálculo de la estructura, y los ingenieros Vicente Burgaleta y Jorge Muñoz Reyes para las comprobaciones de resistencia y posibles fallas geológicas del terreno sobre el que se asentaría el monoblock.  Tomó a su cargo la construcción la empresa Gisbert, dirigida por Rafael Gisbert, que llevó a cabo con éxito la edificación total de la obra.  Lamentablemente no he podido conseguir planos ni fotografías de la construcción, debido a que en 1963, a la quiebra de la citada empresa, con absoluta falta de criterio el sindicato de la empresa vendió todo el archivo de las construcciones (más de 150) a La Papelera S.A. para que usase ese material en la reelaboración de papel.

El costo total de la obra no superó los 34.000.000 de bolivianos.

Volvemos en este punto a ese álgido problema que es el estilo, en este caso el del monoblock, Villanueva se refiere al tema y dice:

La necesidad de ligar la tradición a la arquitectura no implica adoptar las formas de ayer.

“La tradición –dice Le Corbusier- es hacia delante y no hacia atrás”.  Los eslabones de la tradición son, cada uno, un descubrimiento clasificado que se vuelve clasificable; que se vuelve clásico.

La Universidad no tiene ningún estilo.  Si tiene alguno es el que se manifiesta en cada producto de esta época, de esta civilización, cuando se elabora sin designio premeditado de imitar modelos pretéritos

Hemos tenido presente este dogma de Saarinen: “Nuestra época es la época de la máquina.  La forma de nuestra vida es nueva.  Y la forma de nuestra arquitectura debe ser nueva para ser verdadera en su expresión”.

Ahora bien independiente del estilo, está la rúbrica que imponen las condiciones locales y de origen.  Para imprimir esta fisonomía se han insinuado dos figuraciones de la arqueología tiahuanacota; el “signo escalonado” y el “signo sol”.  Estas alusiones no pretenden dar un tono, ni en la estructura ni en el detalle. (3).

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A pesar de afirmar el arquitecto que el monoblock carece de estilo, no podemos aceptar con ligereza este hecho.  Lo mismo que en el Estadio aplica el motivo recurrente en el frontis del monoblock, un gran cuerpo central y dos laterales a modo de alas, el frontis principal superpuesto a los brazos, y éstos terminados en dos pequeños añadidos escalonados detrás de las alas.  De este modo la planta del frontis repite la figura escalonada.  No es casual que Villanueva vuelva a recurrir a una forma clásica, que implica, como habíamos dicho, simetría y figuras geométricas.  El funcionalismo ha superado y rechazado totalmente la simetría, sin embargo, no podemos negar una búsqueda funcionalista en el monoblock.  Insistiremos nuevamente que conscientemente o no, Villanueva aplicó formas estructurales que querían imprimir una característica nacional y ecuménica.

En el caso concreto del frontis del edificio universitario debemos considerar la influencia de los diseños de Kis sobre la ciudad de Tiahuanacu, que el autor reproduce en su libro (20), y que después quedaron desechados por investigadores como Ponce en base a las excavaciones posteriores a la romántica y puramente teórica imagen que tenía Kis de Tiahuanacu.

Si el cuerpo frontal de la base guarda estas características, el edificio en sí vuelve a la forma simétrica utilizando la planta cuadrada, que responde a una distribución tipo, en la que las aulas están colocadas en torno  a un Hall central al que desembocan por los costados los 4 ascensores, y por la parte posterior las escaleras.  Todas las aulas tienen luz directa.  Junto a las escaleras hay un baño en la parte derecha, y una oficina-depósito-aula pequeña en la parte izquierda; cada piso tiene 4 aulas, una grande rectangular que ocupa todo el frontis, cuyos usos son diversos, y 3 aulas más pequeñas que conforman el resto de las instalaciones de cada piso.  En la actualidad esta distribución aparece muy alterada y son muy pocos los pisos que no han sufrido distorsiones de forma y de uso.  El cuerpo del edificio nace del bloque principal de la base ubicado dos tercios detrás de ésta.

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Una solución de planta cuadrada se nos hace inverosímil.  Villanueva la justifica así:

También se ha dicho que la planta del cuerpo elevado debió ser rectangular y no cuadrada.  Esta apreciación es errada.  Lo que se busca en un plano típico, ante todo, es la economía de costo y de espacio sin afectar la parte funcional.  Una buena planta es una planta compacta, y el perímetro de una planta compacta, no puede ser sino un cuadrado (4).

Nosotros añadimos que la planta cuadrada responde a esta extraña mezcla de formas simétricas y aplicación funcional en el uso, características del último período de nuestro autor.

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Como él mismo dice, dos son los signos utilizados en lo decorativo, el signo escalonado, y el signo sol, imagen de la divinidad solar en la cosmogonía de esa gran cultura andina.  Ambos aparecen en el frontis y en la coronación del edificio; se repiten en las puertas de ingreso, muy bien terminadas y de un gran sentido plástico, en el enrejado que rodea al edificio, en la parte superior del escenario del Paraninfo y en los diseños interiores de los ascensores.

El signo imperante es el escalonado, muy propio para rejas y puertas.  El signo sol y los guerreros de la puerta del sol, se aplican en el bloque central del frontis, estilizados aún más que los originales.  El remate del piso 13, además de los frisos zigzagueantes y escalonados, termina en cuatro pequeñas cabezas al estilo de las del templete semisubterráneo.

El piso 13 ha sido lamentablemente distorsionado –ya lo dijimos- por un horrible añadido (1968), que muestra ignorancia y poco respeto al proyecto original.

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La distribución del cuerpo central del frontis guarda indudable relación con la Puerta del Sol; quedando el vano de la puerta tiahuanacota delimitado por todo el espacio ocupado por las puertas y ventanas de la fachada, lo que nos da la pauta de que por una vez en Bolivia, se hizo el aprovechamiento adecuado de los motivos originales, dándoles sentido dentro de una arquitectura funcional, cuya estética ha variado el viejo concepto de copiar sin miramientos los modelos del pasado.

En lo referente al terminado, es uno de los edificios de mejor acabado entre los que se construyeron entonces.  El frontis está recubierto íntegramente por bloques de mármol rosado.  En el vano central se usa también el mármol negro para las pilastras.  Son de mármol los pequeños tabiques del atrio exterior y los soportes de los faroles, acabados en mármol blanco.  Los muros exteriores que se dividen con el enrejado, y todos los pisos del edifico.  La planta sótano está cubierta de granito negro.  Las paredes de los 13 halls, incluyendo la planta baja y el rectorado están forrados por bloques de mármol rosado.  En el vano central se usa también el mármol negro para las pilastras.  Son de mármol los pequeños tabiques del  atrio exterior y los soportes de los faroles, acabados en mármol blanco.  Los muros exteriores que se dividen con el enrejado, y todos los pisos del edificio.  La planta sótano está cubierta de granito negro.  Las paredes de los 13 halls, incluyendo la planta baja y el rectorado están forrados por bloques de mármol hasta 1.80 mts. de altura.  Salones de honor, Rectorado, Consejo Universitario y el Paraninfo estaban recubiertos de tapisón de madera.  Los perfiles de las ventanas son metálicos.  Casi todo el material para el monoblock, a excepción, por supuesto, de la obra gruesa, fue importado de los Estados Unidos y la Argentina.

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En el caso del monoblock, no hemos podido encontrar ningún antecedente que se le parezca de algún modo, o que haya podido influir en su diseño.

Cuando la necesidad impone una solución inusitada, ya no es el caso de recurrir a un antecedente, sino de sentar un antecedente (22).

Se trata de un ejemplo único y sin parangón, que ha plasmado de modo total las ideas que se atisbaban en el Estadio, tanto en lo estructural como en lo ornamental.

El proyecto del monoblock tuvo una gran repercusión en el medio.  Las opiniones fueron en un principio de dura crítica, reflejando la incomprensión de quienes no estaban al tanto de las últimas corrientes vigentes en el mundo.  Se achacó excesiva altura, concepción antipedagógica y otros aspectos.  Pero también hubo opiniones favorables, por ejemplo, el arquitecto Mario del Carpio se dio cuenta de que el monoblock era una obra clave de la arquitectura boliviana (5).

También fuera de Bolivia hubo eco, por la magnitud y originalidad de la obra.  Así tenemos opiniones como la que sigue:

El Arquitecto Richard Neutra, presidente del Comité Central del Congreso Internacional de Arquitectura y autor de los más célebres estudios de urbanismo en los Estados Unidos, expresó en sus declaraciones a la prensa durante su visita a esta ciudad (La Paz) en el año 1945 lo siguiente:

“El edificio nuevo que se construye rodeado de parques y campos verdes, es una construcción que no tiene paralelo en el mundo”.  Y más abajo expresa:  “Puede que existan en la actualidad objeciones fundamentales contra esa obra, pero ellas serán desvanecidas una vez que la obra sea concluída en su integridad, y cuando los edificios que la rodean desaparezcan.  La impresión general de estrechez se borrará para presentar en toda su majestuosidad una obra, no sólo bella dentro del aspecto arquitectónico, sino también eficiente, porque la torre principal se levantará en medio de un área o campo abierto de verde magnífico” (6).

Estos comentarios demuestran la importancia que tuvo la concepción de este Complejo desde muchos puntos de vista.

Es una lástima que, proyectado para albergar solamente a dos facultades, además del Rectorado, Biblioteca, Paraninfo y no más de 1.800 alumnos, tenga que soportar tres facultades con más de 10.000 alumnos, de un total para la UMSA que supera fácilmente a los 35.000 estudiantes;  que además su mantenimiento sea tan deficiente que ha convertido su interior poco menos que en un campo de Agramente, sucio y desolado.  Sin pestillos, interruptores de luz, persianas, etc. Con el 90% de los baños utilizados.  Buena parte de las aulas convertidas en oficinas reflejando un alto incremento de la burocracia universitaria, y otros aspectos más, que desvirtúan una obra de tal importancia.

Con el monoblock central de la UMSA, Emilio Villanueva culmina su larga carrera como arquitecto, en él plasma y aplica todas sus ideas respecto a la arquitectura.

Este edificio se convierte, por esto, en el testimonio hasta hoy más conseguido en el difícil camino para lograr una arquitectura nacional y universal.  Sólo se le puede comparar en importancia al proyecto de la Ciudad Universitaria de Oruro (1970) realizado por los arquitectos Anaya y Medeiros.  No dudamos de que en el futuro el edificio central de la UMSA llegará a ser Monumento Nacional, en previsión de mayores distorsiones en su concepción, e incluso alguna idea –nunca descartable en nuestro medio- que proponga su demolición.

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NOTAS.

1. Emilio Villanueva, “Relación descriptiva y explicativa del edificio principal de la Universidad Mayor de San Andrés”.  Arquitectura y planificación Nos. 6 y 7, p. 46.

2. Emilio Villanueva, Urbanismo, esquema de la evolución urbana de Europa y América.  La Paz, 1943.

3. Ibid. Nota 1, p. 46

4. Ibid. Nota 1, p. 46

5. Mario del Carpio, “La arquitectura paceña”, La Paz en su IV Centenario, 1548-1948.  La Paz, 1948.  Tomo III.

6. Jorge Lazcano, “El edificio de la Universidad señala una norma de la nueva edificación”.  La Razón.  Domingo 19 de septiembre de 1948.

23 comentarios en “El «Monoblock» de la UMSA, Obra Maestra de la Arquitectura Boliviana del S. XX

  1. Muy interesante. ¿Publicarás algo semejante acerca del edificio de la actual Vicepresidencia u otras obras de Villanueva?

    • En realidad este es un fragmento del estudio que hice sobre Villanueva que incluye toda su obra arquitectónica y urbanística, en la medida en que haga raids fotográficos a los edificios iré incorporando nuevas entradas.

      • La arquitectura merece un estudio minucioso y usted realizo uno del Arq. Emilio Villanueva que deja a comprender un poco mas los aportes que dio a nuestra ciudad, me encanto leer su fragmento y la versión completa ¡Muchas gracias por su aporte!

  2. Esperamos nuevas entradas sobre la obra de Villanueva o de otros ejemplos de arquitectura (ej. Sainz) o urbanismo (ej Av. Camacho) paceños.

  3. Don Carlos, muy interesante la historia del Monoblok, un edificio dedicado a la cultura y a la formación de los ciudadanos, merece respeto y admiración.

  4. Impresionante y hermosa obra arquitectónica que se incorpora a la cultura y al ser boliviano de cada día; es una muestra de la capacidad de emprender y hacer obras de gran estilo para el bien y el prestigio de esa nación.
    Felicitaciones por éste artículo, es muy cultural y enriquecedor.

  5. Hablar del edificio de la UMSA es tratar no solo con un hecho arquitectónico, sino con la importancia que significa la cantidad de alumnos que trajinaron sus pisos y hasta el peso político que siempre albergó entre sus paredes.

    El edificio en sí es un hito, pues fue el más alto de La Paz y de Bolivia por muchos años. Estilísticamente se puede señalar que, como dice el artículo, no es fácilmente clasificable. Tiene un cuerpo y dos alas, tema que Villanueva repitió en otros de sus trabajos. Pero, lo interesante es la inspiración tiwanacota. El bloque principal tiene algo o mucho de monolito, si se abstrae su forma. Hasta el color es parecido al monolito Bennet. Y el término «monoblock» parece otra forma de decir monolito. Pero, la confirmación de la inspiración tiwanacota está en la entrada de la Universidad que se asemeja a una gigante puerta del sol como bien indica el artículo.

    El articulo menciona un extracto del pensamiento de Villanueva en el cual hace referencia a Le Cobusier y Saarinen cuyas obras no miran al pasado. Sin embargo, mi opinión, la obra de Villanueva no comparte el propósito de ignorar el pasado y no tiene nada que se parezca a las simplificadas lineas de ellos. El » monoblock» pertenece a su tiempo y se lo puede clasificar como Art Decó, cuyas características principales son motivos geométricos estilizados y en zigzag, con un énfasis en verticalidad y el uso de nuevos materiales como los bloques de vidrio en las alas de la biblioteca y el auditorio, De esta manera viene a ser pariente de muchos edificios en el mundo construidos en este estilo, incluidos el Empire State, Chrysler y el Rockefeller Center. La foto de una de las puertas de la UMSA (buen detalle y buena foto) se parece a las puertas del centro Rockefeller.

    Pero vamos a dejarlo ahí, no podemos desmerecer la obra de Villanueva, el que comparta características con estilos de la época es inevitable, así como la forma del satélite Tupac Katari sera diferente a satélites hechos 30 años en el futuro. Villanueva nos ha dado algo con sabor boliviano y que tiene cualidades innumerables, incluida la de conscientemente tratar de producir algo nuestro.

    Siendo que el monoblock tiene mas de 50 años ya se constituye en un legado arquitectónico y artístico que merece conservación. No creo que haya dudas al respecto y es hasta casi innecesario nombrarlo monumento nacional, a no ser porque necesita mantenimiento y por lo tanto fondos que aseguren su conservación.

  6. Cada uno ve lo que quiere ver. A mi este edificio siempre me ha fascinado. El Articulo como las fotos son una exelente exprecion del edificio.

  7. La Arquitectura de Emilio Villanueva y el Monoblock es un referente cultural plasmado en esa infraestructura .

  8. No se si conoce los bocetos del arqueologo y arquitecto alemán Edmund Kiss sobre la posibles portadas de monumentos tiwanakotas, guardan mucha similitud con la fachada principal del Monoblock.

  9. Carlos Quisiera utilizar el croquis de tu padre en un articulo para una revista en line Canadiense.Para ello necesitas que te mande una carta membretada por correo electronico?

    • Sergio:
      El croquis no es de mi padre, es de mi hermano Andrés de Mesa Gisbert. Requiero una carta de solicitiud de autorización dirigida a él, que yo se la haré llegar. Allí incluyes el cortreo para la respuesta y procedemos

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