La idea más peligrosa en la construcción de un espacio de poder es aquella que propone que la política es el arte de los resultados. Idea que se ha consagrado a través de la historia a partir de un juicio en torno a los ganadores y los perdedores.
Es vieja y verdadera aquella premisa que indica que la historia la escriben los vencedores. Vencen quienes logran el triunfo en la guerra, quienes imponen sus ideas, sea porque han obtenido la mayoría en el voto, sea porque han capturado el poder por la violencia. No, no se trata sólo de resultados, se trata también de principios.
En todo caso, es del poder de lo que se trata. Es de la pulsion esencial de los humanos, el dominio, el control, la capacidad de mandar a los demás que no es otra cosa que la definición de los espacios de control en la comunidad. Un grupo organizado, parece, no puede funcionar sin alguien que conduzca, que tome la iniciativa, que guíe, que sea capaz de definir el camino y atravesarlo al mando de los suyos.
Se asume que una sociedad deja de ser primitiva en el momento en que estructura sus jerarquías y sus estamentos, en el instante en que decide, sea por voluntad, sea por la «natural» superioridad de unos sobre otros, armar el andamiaje de un orden cuya pervivencia depende de reglas y de responsabilidades diferenciadas.
Es el viejo debate entre quienes están convencidos de que no hay posibilidad de vida en común sin orden y reglas aceptadas por todos y quienes, aferrados a la gran utopía del igualitarismo, reivindican que la construcción de castas y niveles de decisión traducidas en la imposición o la elección de un jefe, acaba siempre en la discrecionalidad y la concentración perversa de todos los poderes en una sola personal o en un núcleo muy pequeño de personas.
El gran invento del republicanismo fue, aceptando la necesidad de la configuración de un poder imprescindible para el gobierno, garantizar el buen gobierno a partir de una premisa muy sencilla, la moderación de ese poder. La definición de unas reglas, su desarrollo en blanco y negro a través de una carta constitutiva, no hacia otra cosa que decir que la razon de ser de una Constitucion no es su carácter reglamentario o administrativo, no es -a pesar de su innegable importancia- referir los derechos y deberes de los ciudadanos. Lo esencial, lo verdaderamente relevante de todo es limitar el poder. La Constitucion existe para limitar el poder. La experiencia de la historia y la evidencia ya citada de la naturaleza de los seres humanos, ha probado hasta la saciedad que la tendencia es siempre, sin excepciones, concentrar el poder. La coartada fue durante milenios la idea de que la soberanía anclada en una persona tenía que ver con un mandato divino o con la encarnación de la divinidad misma. El matrimonio entre poder espiritual y poder mundano permitió a los reyes (o Incas o Tlatoanis), amparados en su vínculo con Dios, ejercer el poder de modo absoluto y discrecional.
Cuando finalmente se impuso la idea de que esa concentración era inevitablemente corruptora del alma del gobernante y sus áulicos, se dio el salto histórico más importante en la política universal. Se separó con claridad tres roles esenciales del gobierno; la administración, la legislación y la justicia. Quien administra no redacta las leyes que hacen posible la gestión y no juzga ni emite sentencia sobre quienes vulneran la ley.
De ese modo, la limitación del poder es el alfa y el omega de un sistema democrático republicano.
Por eso, cuando se hace una reflexión sobre el estado de derecho, es imprescindible entender que la esencia democrática de un gobierno tiene tres etapas. La primera es la legitimidad de origen, el voto transparente y libre de los ciudadanos que elige al servidor público. La segunda es la legitimidad de ejercicio, un mandatario que respeta las reglas del juego, cuya garantía está en la observancia de una regla muy simple pero definitiva, el meticuloso respeto a la independencia de poderes. En esa regla se resume la diferencia entre el ejercicio democrático y el ejercicio autoritario. La tercera es la legitimidad de objetivos, tiene que ver con un poder que se basa en el pluralismo y la alternancia en el mando. Otra premisa de oro. Igual que la concentración del poder corrompe al poderoso, la permanencia indefinida en el poder lo corrompe igualmente.
No se puede pasar por alto que el camino de la democracia no se puede parcelar, es imprescindible comprender que la tres etapas que definen a un gobierno como democrático, están íntimamente ligadas entre sí y no son partes que puedan separarse. El espíritu democrático del gobernante se prueba en la totalidad del camino, no sólo en su inicio, o en su tránsito, o en su desenlace, sino en los tres juntos y sucesivos. Por todas esas razones es que no es muy difícil percibir el verdadero espíritu de aquel servidor público que se aroga una legitimidad que niega en la práctica cotidiana. Algo más, la posibilidad de reproducir el poder a través del voto, en estos casos, está basada en el ejercicio de la discrecionalidad al romper la legitimidad de ejercicio. ¿Como? Muy simple; campaña desde el gobierno, prebendalismo para hacer crecer al partido oficial, ninguna posibilidad para el ejercicio del pluralismo político, uso de la aplanadora legislativa, y control directo sobre el poder judicial con la aplicación de ese poder para acosar a la oposición bajo el disfraz de la búsqueda de justicia y transparencia…
Si no es una verdad incuestionable que nuestra máxima ley sirve para limitar el poder, toda su normativa se hunde irremediablemente en un naufragio dramático. Sin su capacidad para limitar el poder, nuestra democracia quedara así anclada en el lodo de la corrupción del alma y del cuerpo colectivo.
Resulta inmoral, nauseabundo,incoherente propugnar el limitar el poder de los otros cuando históricamente, los que propugnan esta «alternancia», no se midieron para nada en ejercer el poder durante siglos y beneficiar siempre a los suyos antes que nadie. ¡Claro!, que cuando se lo tiene, ni idea de pensar en la susodicha alternancia. Es decir, cuando yo tengo el poder no hay quien deba cuestionar mi ejercicio del poder ni cuanto tiempo lo voy a tomar, ni como lo voy a utilizar, puede ser durante siglos (como es el caso de bolivia), pero eso si, cuando el otro toma el poder, cuando los marginados históricamente del poder lo toman, a estos hay que demandarles el uso correcto de tal poder, a estos hay que limitarlos en su ejercicio de poder, debo vestirme de grandilocuentes verborreas de justicia y descalificarlos porque me hacen probar de la misma cuchara con que yo de les di a los otros.
¿Limitar el poder?…porque mas bien no ser valiente y decir:¡Quitarles el poder!
¿Me lo dice a mi?
Respete escrupulosamente la independencia de poderes, tuve que soportar un parlamento adverso con intenciones desestabilizadoras, respeté a plenitud la libertad de expresión, respete los derechos humanos de mi compatriotas.
¿De qué me habla? ¿Que yo no tengo derecho a reivindicar que el modelo republicano tiene como objetivo limitar el poder?
pero fue acausa de ese mismo respeto que usted fracazo. porque usted no toma encuenta que personas con malas intenciones o otros intereses, pueden aprovechar de esa libertad para hacer maldades o consperaciones para desestabilizarlo.
la conspiracion existe, y creo que usted tubo la desagradable experiencia de vivirlo.
Buen gancho de izquierda o derecha al mentón propinado por Maldonado , da lo mismo; el contrincante quedó tambaleándose en las cuerdas. balbuceando incoherencias, porque jamás ha hecho nada por la democracia boliviana. Vergonzoso realmente.
Saludos señor Mesa
Se trata de una reflexión imprescindible en los tiempos que corren
Sr. Mesa, las reflexiones sirven de poco. Lo que realmente sirven son las acciones y en eso ud. está muy al debe.
Hace un tiempo atrás, por un momento creí que ud se la iba a jugar, pero eso jamás ocurrió, y eso que ud. es lejos el ex-Presidente de Bolivia mejor posicionado en el mundo; ud tiene un gran poder y no lo utiliza, eso es vergonzoso.
Es realmente muy lamentable su tibieza política en contra de un gobierno claramente autoritario y antidemocrático.
Las naciones , como la chilena, por ejemplo, se han construido con el valor de sus ciudadanos más ilustres.
Publico su comentario a pesar de palabras tan inaceptables como «vergonzoso» y «Tibieza política». Usted tiene derecho a opinar pero no a descalificar. Mi decisión es personal y yo decido de mi vida lo que quiero para mi futuro.
Las reflexiones en un escenario nacional tan poco dado a ellas, me parecen imprescindibles. Y mi compromiso con mi país se verá siempre en función de aquello que mi conciencia me dicte
Sr. Mesa:
El comentarista Maldonado lo trató mucho peor que yo, lo descalificó groseramente, y no hubo amenaza alguna de parte suya…¿ será porque soy chileno?……Fíjese que ud., además, ha tenido expresiones bien poco felices, considerando su status político y personal, en contra de mi patria, y en su momento se lo hice ver, entonces, considero que de parte suya hay un déficit de consecuencia en sus palabras.
Por otro lado, comprendo que en sus actos de conciencia o de vida, nadie puede entrar, sin embargo ud. no puede dejar d considerar su condición de un hombre público, con seguidores en Bolivia que desearían verlo actuando con mayor decisión en lo que ud. cree, en sus convicciones demócratas, que le son reconocidas en todo el mundo; un blog de opinión, que se agradece, no basta, el pueblo boliviano mayoritariamente no utiliza internet.
De todas manera, si se sintió ofendido por mis palabras, le ofrezco mis disculpas.
Se ve que no vio mi respuesta a Maldonado
Sr.Mesa, sí, leí su réplica al Sr. Maldonado, pero permítame decirle que esa acción suya corresponde al pasado, bien al pasado; Bolivia necesita hombres comprometidos siempre, y ud, quiéralo o no, es un actor demasiado importante como para permanecer en una actitud débil o lejana a lo que ocurre con su país en el ámbito internacional.
Y le diré algo más…..¿sabe cuál es mi interés en todo ésto? ….porque ud. con justa razón podría preguntarse eso. Mi interés es que entre Bolivia y Chile exista un diálogo alturado, real, productivo e inteligente, un diálogo alejado de la odiosidad que representa Evo Morales. Eso, con ud. se podría lograr, más nunca con Evo Morales a la cabeza de un gobierno radical y totalitario.
Las sensibilidades de nuestro anfitrion son dificiles de adivinar. A mi me ha censurado muchas veces y no puedo imaginarme porque. Una vez creo porque cite a demasiados expertos, otra fue un pastiche que hize del Elogio a la Locura de Erasmo, y otra vez por parafrasear El Aleph. Pero en fin, su blog sus reglas y agrezco la oportunidad de opinar – claro que preferiria no tener que medir mis palabras por la censura, pero en fin, en Bolivia no hay mucha cultura de libertad de expresion y mis compatriotas bolivianos son demasiado orgullos y facilmente se ofenden,
Chasqui
Existen censuras y CENSURAS.
Lo que el Sr. Mesa pide es respeto.
Existen censuras mucho mas grandes:
Prohibición en Inglaterra (23 de noviembre del 2005)
El fiscal general Lord Goldsmith amenazó a los editores de varios diarios con un proceso legal si publicaban detalles de esa conversación que habrían celebrado Bush y Blair, donde el mandatario estadounidense planteó un ataque contra la cadena árabe, para silenciar su cobertura de la invasión de Irak.
Autocensura Estados Unidos (6 de noviembre de 2006)
Natalie Maines, cantante del grupo country Dixie Chicks, dijo hace tres años en un escenario de Londres que estaba «avergonzada de que el presidente de Estados Unidos sea de Tejas», como ella.
Las emisoras de radio prometieron no emitir nunca más la música de las Dixie Chicks y muchos de sus seguidores destruyeron discos en actos públicos de repulsa organizada. Varias cadenas de televisión de EE UU han rechazado emitir los anuncios de un documental cinematográfico que narra este incidente.
Prohibición en Estados Unidos
El presidente de EE UU, George W. Bush, firma ayer una ley por la que se prohíba las manifestaciones y protestas durante la celebración de funerales de militares estadounidenses.
se prohibe publicar fotos de soldados muertos en la guerra de Irak.
La libertad de expresión viene en la naturaleza del ser humano, y no hay pueblo que no la practique.
Saludos