Los Equívocos sobre el Arte y la Cultura

Creative initiative tackles commuter misery

La cultura es un bien ¿un bien de consumo? ¿Las personas consumimos cultura? Si esto es así la creación humana es un producto ¿cómo los que se pueden encontrar en un supermercado?

Medimos el éxito de una película, una obra de teatro, una exposición, un libro de ficción, un ensayo, una instalación, un cuadro de caballete, una canción, un concierto, en la medida en que han tenido repercusión, espectadores, audiencias. Eso en televisión se llama rating, el número de televisores prendidos y el número de personas que tienen sintonizado un canal a una determinada hora. Medida que la tecnología está comenzando a arrinconar en el desván.

Cultura de masas, civilización del espectáculo que diría Vargas Llosa…tiempo pasado. Hoy la producción cultural (otra vez esa expresión equivoca) está en otro escenario, está en la red. Es parte de la red, se construye de otro modo, se transmite de distinta manera, funciona con otra lógica en el soporte en la temporalidad, en la estética, en la manera de concebirse. Es, probablemente una acción creativa que tiene más vínculo con el movimiento y la luz, con la frescura y la instantaneidad, se evapora con gran rapidez porque no ha sido pensada para durar, debe ser breve y explosiva, debe llamar la atención, debe provocar, pero no pensando en la profundidad, en la reflexión honda o en las consideraciones elaboradas. ¿El éxito y lo supuestamente efímero están mal?

No he mencionado hasta ahora la palabra arte, porque hoy el concepto está en cuestión. En realidad, todo esta en cuestión. ¿Quién se atreve a delimitar el arte? ¿Quién podría con tranquilidad de espíritu afirmar lo que es arte y lo que no lo es? Cultura y arte de elites. La ventaja de hablar sólo de cultura es que todo cabe en ella, hablar de arte parece ahora una cierta forma aristocrática y refinada de la sensibilidad humana que se mira como separada y distinta de la base de la sociedad. Nadie tiene, dicen los agitadores, el derecho de apropiarse de la definición, menos de la delimitación. Es una buen punto de partida. No tiene caso intentarlo siquiera. Hay, simplemente, que establecer una relación personal con el arte, hay que construir una percepción propia e individual. Porque de lo que verdaderamente se trata es de disfrutar, sentir el gusto por una melodía, por una imagen, por un edificio, por una fotografía, por una película. En eso llevan razon los agitadores, el arte es tan subjetivo en su realidad como hecho tangible (si fuera posible incluso hablar de tangible), que lo único que lo define es la relación única, intransferible de la obra denominada -o no- como artística, con el espíritu de cada uno. Lo que a ti te diga, lo que en ti provoque, lo que de emocionante tenga para tus sentidos.

Vana es la ilusión de la universalidad de un valor estético. En la creación no hay otro límite que aquello que cada cual pueda encontrar para su disfrute o su estremecimiento. ¿Sólo eso? No, por supuesto, está también y es esencial, la experiencia compartida, aquella que vives con el otro, o más todavía, aquella que vives con la multitud. En esa ruta se mezclan inevitablemente las palabras antes mencionadas; hecho, producto, industria, espectáculo, negocio, consumo.
Así, la música de Stochausen esta en un extremo y la de los Kjarkas en el otro. La Venus de Milo dentro de las naves que retumban en la sala de luz suave de un museo en un lado y el clásico mundial entre el Real Madrid y el Barcelona, en el otro. ¿Arte? Cristianó corre por una banda, hace un amago, gira la cintura imperceptiblemente, encara y suelta un remate con una potencia inconmensurable. La pelota entra como una bala. Messi hace filigranas en el área, supera una pierna, y dos y tres, tiene la pelota atada al botín, define la jugada en centímetros, hace un quiebre impensado, imposible, toca con relativa suavidad y el balón encuentra el espacio para el gol perfecto ¿arte? ¿Por qué no? ¿No es el resultado de un don? ¿No es una creación nacida del ingenio? ¿No es estéticamente bello? ¿Efímero? Ya no, dentro de muchos años esas imágenes, quizás en holograma, quizás con los propios jugadores físicamente reconstruidos, se repetirán cuantas veces cada persona quiera con un movimiento de la mano, o una orden a través de un pensamiento.

Ya no hay límites, no los hay quizás porque el relativismo es un rasgo dominante del mundo de hoy, quizás porque la barrera entre los «natural» y lo «antinatural» esta borrandose. La frontera entre lo posible y lo imposible es también parte de una indefinible penumbra. La humanidad está en la puerta de algo a lo que nunca había enfrentado, la tentación de lo imposible (otra vez parafraseo a Vargas Llosa, pero en otro sentido).Por eso no existe posibilidad alguna de definir la belleza, el gusto bueno o malo, lo superficial de lo profundo. No porque no haya superficialidad y profundidad en el pensamiento y en la creación, sino porque la diversidad reconocida de la sociedad humana, marca estratos en los que cada quien, cada núcleo cada clase, cada tribu, para estar a la altura de la terminología de moda, tiene su propio nicho (otra expresión en boga en el siglo XXI) para percibir a su modo lo profundo o lo superficial. ¿Quien podria decirle a una muchacha gótica que se ve horrible. ¿Es que realmente se ve horrible? ¿Quién podría discutir con los jóvenes que disfrutan hasta lo indecible con las películas de zombies que están dentro del esperpento más desatinado?

¿Cultura para el pueblo? El concepto suena a historia rancia.

6 comentarios en “Los Equívocos sobre el Arte y la Cultura

  1. El fútbol tambien es cultura – arte, pero se trata también de cultura cultura de Rankings. Notó cierta contradicción muy natural en estos tiempos en nosotros. Al principio del artículo esperaba una crítica fuerte al hecho que cultura es lo que genera rankings, y lo que no, pues no se como llamarlo. Pero terminamos el el mismo punto. Saludos

  2. Estimado Carlos:
    Interesante el artículo. Sólo un detalle que, en mi opinión, debería cambiarse: La segunda frase con la que se introduce el tema dice: «Medimos el éxito de …, en la medida en que han tenido éxito.». Aunque la idea se entiende, creo que la forma de decirlo debe modificarse. Un abrazo.

  3. AGITADORES CULTURALES Y NEOCONS

    Tal vez el título pueda ser mas entendido sacando la conjunción «y» para reemplazarla por la abreviación «vs», es lo que sucede entre las personas que pregonan esas ideas.

    El comentario del propietario del blog se resume en una palabra ¿Arte?, pero seria mas completo si utilizamos la palabra ¿cultura? ya que el arte es parte de la cultura.

    El post del Sr. Mesa dice: «¿Quién se atreve a delimitar el arte? ¿Quién podría con tranquilidad de espíritu afirmar lo que es arte y lo que no lo es?», de igual manera hubiese sido mejor utilizar la palabra cultura por la amplitud que representa esta palabra.

    Y es cierto quien puede delimitar, quien puede decir esto si y lo otro no, no existe esa persona y/o instancia que delimite o apruebe lo que es arte. Por ejemplo una pintura Azteca de Quetzacoatl vs la Coronación de Napoleon vs un grafiti de Sudáfrica. Muchos se agarraran de los cabellos por hacer este tipo de comparaciones, sin embargo nadie puede categorizar las expresiones del ser humano.

    Los neocons están destinados a perder contra los agitadores culturales, fue así, es y sera. La historia demuestra que los neocons o sus predecesores terminaron por ser aplastados por la realidad. Negarse a aceptar que el tiempo transcurre trayendo consigo cambios buenos y malos es el error fatal de los neocons.

    Saludos

  4. Si hacemos una simple o simplona comparación entre el arte y la moda o el vestir –sólo como una argucia para tratar de explicar el tema que expone Carlos- me atrevería a decir que lo que para uno es arte puede depender de gustos, formación-educación, la forma en que percibimos el mundo, creencias internas, pueden ser religiosas, metafísicas, inclusive la época en la que hemos vivido, etc., porque una pieza de rock de los 70 de The Who que para mí es una obra de arte, puede ser abrumador para un joven de hoy quien prefiere disfrutar su tiempo libre con bachatas de Romeo Santos.

    Si para mí un grafiti es tan solo un garabato ininteligible y de mal gusto, para el que lo hizo y para quienes comparten esa forma de expresión, puede resultar una obra de arte. A veces suelo imaginar que cuando esta civilización sucumba a una catástrofe apocalíptica y nuevos habitantes sólo encuentren entre las ruinas esos grafitis que fueron capaces de sobrevivir a los embates del tiempo, ¿qué dirían los nuevos habitantes de este planeta? ¿Tratarían de descifrarlos como nosotros hemos tratado de descifrar los jeroglíficos egipcios para entender su manera de pensar? ¿Serían admirados como obras de arte?

    Bueno, “la noción de arte continúa sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido” (Wikipedia). Es un tema de larga discusión y análisis y creo que los artistas más consumados no han logrado definir con exactitud lo que es el arte.

    ¿Es que se debe definir el arte?

    Probablemente las definiciones se den en cada movimiento, en cada etapa histórica. ¿Recuerdan cuando los pintores impresionistas irrumpieron con su novedoso método en el mundo cultural de la época? Recibieron multitud de críticas y muchas veces fueron consideraron pintores de poca monta.

    El impresionismo en la pintura partió del desacuerdo de algunos artistas con los temas clásicos y con las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes. Ésta fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales del Salón parisino.

    Bueno, ahora nos enfrentamos a un proceso de desacuerdo con muchos modelos artísticos y hemos llegado a un punto en el que la concepción de la realidad cambia a un ritmo vertiginoso y todo esto afecta profundamente al arte.

    ¿O sólo cambió la manera de transmitir el arte? ¿O es que la premura por vivir, por llegar o por vender ha creado un arte más inmediato, más consumible, más masivo? No lo sé.

    ¿Será válido comparar el arte con la comida? Me gustan los platos hechos por manos preocupadas porque su comida sea del gusto de la gente y no los indisponga. No me gusta la comida al paso, comida rápida o chatarra que engorda, que aumenta los triglicéridos, que afecta la salud. Pero, es comida al fin y alimenta de alguna manera

    Creo que hay arte chatarra que enferma, que indispone, pero que es arte al fin, porque algo transmite y deja.

    Bueno, esto ya se está pasando de largo. Gracias a Carlos por permitirnos ejercitar las neuronas en un tema tan apasionante como es el Arte.

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