Presencia en León en el World Business Forum Latinoamérica

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Bajo el título de «Cohesión Social, el gran desafío para los Empresarios Latinoarmericanos», el 27 de septiembre de 2013 se llevó a cabo en el Centro Fox en León, Guanajuato, la reunión internacional de AILA (que reúne a los empresarios de la industria de la región), presidida por el industrial ecuatoriano Henry Kronfle.

Participamos, además de centenares de empresarios, el Presidente de Guatemala Otto Pérez M., los expresidentes Vicente Fox de México, Vinicio Cerezo de Guatemala, Eduardo Frei de Chile, Alejandro Toledo de Perú, Gustavo Noboa de Ecuador y Jaime Paz y yo de Bolivia.

El debate estuvo referido a la necesidad de profundizar el análisis en torno a la responsabilidad social empresarial, que corre el riesgo de transformarse en una coartada vacía de contenidos reales para el empresariado latinoamericano. Definir un rol en el que los empresarios afronten los retos de la generación de riqueza, el impulso de un empleo bien remunerado y el motor del crecimiento, lo que implica imprescindiblemente la necesidad de un alianza Estado-empresa que tiene diversos matices en América Latina, donde no hay un clima equivalente en todas partes.

Jaime Paz, Vinicio Cerezo, Alejandro Toledo, Henry Kronfle (Presidente de AILA), Vicente Fox, Carlo de Mesa, Gustavo Noboa y Eduardo Frei

Jaime Paz, Vinicio Cerezo, Alejandro Toledo, Henry Kronfle (Presidente de AILA), Vicente Fox, Carlo de Mesa, Gustavo Noboa y Eduardo Frei

Mi participación estuvo basada en la necesidad de entender que la cohesión social sólo es posible si Estado y empresarios hacen sus tareas y enfrentan sus responsabilidades directas para lograr sociedades más justas, con menos discriminación, y sobre todo con igualdad de oportunidades y educación de calidad (el gran aplazo de la zona, como coincidimos todos los expositores). La fortaleza de las instituciones democráticas es fundamental, pero lo es en tanto  esa institucionalidad se adecue a la realidad de hoy. Una democracia plural, abierta y participativa demanda cambios en la estructura de los partidos políticos, una mirada más amplia de los valores republicanos, base de cualquier mecanismo democrático, la búsqueda de una presencia más activa de la sociedad, a la vez que la garantía de la moderación del poder absoluto, la independencia de poderes, la alternancia en el mando y el respeto a la ley.

Un Estado que debe ocuparse imperativamente de los aspectos sociales, un empresariado que en condiciones adecuadas asume su responsabilidad, no en acciones de apoyo más bien paternal, sino insertándose en las sociedades en las que opera, respetando los intereses de la comunidad, consultando sus demandas y haciendo participes de sus réditos a los núcleos humanos, pequeños, medianos y grandes donde hace su trabajo.

La responsabilidad ambiental y social no son por ello un «plus», sino parte esencial de la inversión y de la lógica de redistribución imprescindibles en cualquier escenario de iniciativa privada.

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