El 22 de abril de 2013, invitado por el NDI (Instituto Nacional Democrático) por iniciativa del expresidente de la Corte Nacional Electoral de Bolivia, Salvador Romero Ballivián, y el Partido Liberal de Honduras, participé en un encuentro para hacer una reflexión sobre las ideas conceptuales del liberalismo social y el particular momento que vive el Partido Liberal de Honduras tras la crisis de 2009, que en los hechos fracturó esa organización política con la creación del partido LIBRE liderado por el Expresidente Manuel Zelaya.
En un momento como este, el desafío del histórico liberalismo es mayor, ya que la sociedad hondureña espera un cambio político de fondo en las próximas elecciones presidenciales a realizarse en octubre de 2013.
Quedó claro que para una estructura política organizada y seria es reforzar -en este caso-las bases conceptuales del liberalismo social, apoyadas en una combinación entre las libertades individuales y la integración del interés común, en la ecuación entre garantías a la libertad de conciencia, de expresión de iniciativas económicas y la necesidad de una participación indeclinable del Estado en cuestiones cruciales como la educación y la salud y la regulación de la actividad privada.
Fue destacable la conciencia de que los desafíos de hoy en Honduras demandan una renovación interna, una comprensión de que se requieren partidos horizontales y en red y no partidos centralistas de viejo resabio leninista, que jóvenes y mujeres deben ser el corazón del liderazgo renovador y que un discurso conservador e inmovilista, plantea serios riesgos en un contexto proclive a las transformaciones de forma y fondo de la sociedad.
Sostuve también una reunión muy abierta y amplia con el candidato presidencial de ese partido Mauricio Villeda, hijo de uno de los presidente más importantes de la historia contemporánea de Honduras, Ramón Villeda (1957-1963).
El debate en «caliente» sobre una nueva Ley de Medio de Comunicación en Honduras, me permitió hacer también algunas reflexiones sobre cuestión tan importante. El periódico local «TIempo» reflejó así mis opiniones
El ex presidente de Bolivia, Carlos Mesa (2002-2005), reconoció ayer que existe en Latinoamérica la necesidad de una estructura que establezca la responsabilidad de los medios, pero estimó que la misma no debe estar en manos de un gobierno.
Mesa, que estuvo en Tegucigalpa invitado por el Partido Liberal, admitió que desconoce el debate candente en Honduras sobre la Ley de Telecomunicaciones, mejor conocida como “Ley mordaza”, cuyo ante proyecto se encuentra en poder del Congreso Nacional.
No obstante, tras comentar que esa misma discusión está vigente en Latinoamérica, sugirió que “Conozco países en que el Estado, representado por un gobierno, acaba haciendo con sus medios de comunicación, instrumentos de propaganda oficialista”, enfatizó.
El ex gobernante consideró que la libertad de expresión implica responsabilidad de los medios en el uso de esa misma libertad. El conferencista dijo que sin libertad de expresión no hay democracia, aunque reconoció que en un sistema de libre competencia siempre hay intereses representados en los medios de comunicación.
Para el experto, no se pueden moderar contenidos, pues eso convierte al gobierno de turno en un árbitro. En Bolivia hubo una controversia sobre el tema, pero por ahora se ha congelado la idea de una ley de medios, tras la dura reacción en contra de la “ley mordaza”, indicó.
Lo que se debe hacer es concertar una ley, pero con los periodistas, no sólo con los propietarios de los medios, sugirió.
Estimado Carlos:
En cuanto a las leyes de medios de comunicación quisiera indicarle algunos conceptos propios:
1.- Entre dos males, una prensa que obedezca al gobierno o que obedezca exclusivamente a los intereses de los propietarios de los medios, creo que definitivamente el primero es peor que el segundo.
2.- Para evitar que los medios obedezcan a los intereses de unos pocos (sus propietarios), se puede obligar a que existan muchos medios de comunicación con propietarios distintos.
De esta forma, creo que la solución simplemente pasa por tener un control que evite que exista un monopolio en la comunicación, ya sea estatal o privado.
El resto será automático, pues muchos medios de comunicación medianos (ninguno grande) perteneciendo a diversos propietarios (mejor si son grupos de personas) darán la información en todas las formas sin que prevalezca una que beneficie a alguien en particular.
De esta forma no habrá alguien, estatal o privado, que tenga el poder de usar los medos de comunicación para sus intereses.
Un saludo.
Estimado Sr. Carlos Mesa:
Me enteré de su visita a Tegucigalpa, Honduras hace ya un mes. Tengo 17 años de radicar en esta ciudad y si en el futuro mediato vuelve a visitar Honduras, por favor avíseme (nestor.meneses@gmail.com) que sería un grandioso si pudiese reunirse con un grupo de bolivianos que radicamos en este país.
Saludos cordiales