El 28 de junio de 2013, participé en el Seminario Internacional «Los Costos Sociales y Económico del Problema de las Drogas», auspiciado por SIREM de México dirigida por Víctor Godínez y Chile 21 presidida por Carlos Ominami.
En la actividad –patrocinada por la Open Society Foundation, OSF- se presentaron los resultados del estudio “Políticas de drogas en México y Chile: estimación de los costos económicos y sociales y de escenarios alternativos”. Dicho estudio busca identificar y discutir la estimación de los costos económicos y sociales del problema de la droga; y, estimar con una misma metodología, los costos en políticas actuales y posibles políticas alternativas sobre drogas en ambos países.
Tanto Ominami como yo participamos en el panel tres del seminario, el que abordó el diseño de políticas alternativas en la coyuntura actual. El presidente de Chile 21 también intervino en la ceremonia de bienvenida y la clausura del encuentro.
El seminario internacional también contempló un panel en el que se analizó el problema de las drogas y las políticas actuales; y otro, en el que se abordó los costos sociales y económicos.
El trabajo central de análisis hace una comparación de dos realidades tan diversas como la mexicana y la chilena. Un país que enfrenta el narcotráfico como tema clave y el tránsito de drogas (México), y otro que tiene como mayor problema el consumo (Chile).
Fue central el debate sobre los costos del prohibicionismo, los de la despenalización y los de la legalización.
Se tomaron en cuenta parámetros de costos como la aplicación de políticas de salud (prevención), la realidad de la demanda, la pérdida de productividad en el trabajo, los daños en la propiedad, la aplicación de leyes de interdicción, todos estos costos derivados de las drogas ilegales, por ejemplo.
Datos interesantes indican que el 14% de los estadounidenses han consumido alguna vez (parámetro comparativo referencial), contra un 2,5% de los mexicanos y un 11% de los chilenos.
Después de las presentaciones técnicas y metodológicas del estudio, cerramos el seminario el exministro de Planificación de Chile Luis Maira y yo. Nuestra lectura apuntó a que dado que el tema de los costos medibles no plantean diferencias dramáticas en cualquiera de los tres escenarios (prohibición, despenalización y legalización), la lectura desde lo político apunta a lo que hoy es un clamor en América Latina, la urgencia de un debate que nos de caminos nuevos y diferentes a los experimentados hasta hoy, cuyo fracaso es más que evidente. Los costos sociales y políticos son inmensos y en estos ámbitos las diferencias sí pueden ser significativas.
América Latina debe diseñar una ruta crítica de bloque para proponer opciones hacia la descrimninalización y la despenalización, sobre la base de un producto, la marihuamna. La experiencia que se tenga con esta droga es clave. Para ello es evidente que las decisiones en estados como California, potencialmente proclive a la legalización, y las ya tomadas en Colorado y Washington en EEUU, pueden marcar pautas, pautas que, sin embargo, América Latina debe encarar solo como tales y no esperar hasta el desenlace de largo plazo. Una propuesta regional que proponga caminos en esa dirección y en un paulatino cambio de las leyes mundiales sobre el tema drogas, deberían sentar las bases para una discusión que, si bien depende mucho de la actitud de EEUU aún muy cerrada,están en la antesala de un giro copernicano de la cuestión a nivel mundial.