Mi pasión por la filatelia y el tema presidencial. Entrevista.

Fragmento de la portada del trabajo sobre los presidentes en la filatelia boliviana

Entrevista realizada por Ignacio Vera de Rada/ La Paz, publicada por el periódico «Visión 360» el 9 de marzo de 2025.

Lleva la curiosidad por la historia en las venas y la política no le pudo impedir el hábito de leer y escribir. A lo largo de su vida publicó diversos libros de investigación histórica, como Presidentes de Bolivia: Entre urnas y fusiles (1983) o su clásico Historia de Bolivia (1997), en coautoría con sus padres y que ya lleva muchas ediciones. 

Entre sus proyectos próximos está complementar este último libro y publicar un libro autobiográfico, que lo escribió durante los últimos años. En esta conversación, Carlos Mesa me habla sobre su más reciente obra: Los presidentes de Bolivia en la filatelia nacional: Un retrato ideológico (2023), que se la puede hallar en formato digital en su blog (carlosdmesa.com), pero ahora también en formato físico. Aquí está otra vez el Carlos Mesa en su faceta de escritor e historiador.

¿Cómo comenzaste a preparar esta investigación, titulada Los presidentes de Bolivia en la filatelia nacional? ¿Qué material consultaste?

Tiene que ver con mi afición por la filatelia, que la inicié cuando tenía 12 años, en 1965, por influencia de mi padre, quien me convenció para coleccionar estampillas. Yo quería hacer una colección mundial (ríe), pero lo sensato era concentrarme en un solo país, y por supuesto escogí Bolivia. Durante toda mi vida he ido acumulando sellos. Tengo una colección bastante razonable. Cuando me contacté con especialistas en filatelia en Bolivia, como Enrique Herrera, Daniel González o José Luis Zeballos, me di cuenta de que sería interesante participar en alguna exposición nacional de filatelia, pero no tenía la posibilidad de hacer, por razones de tiempo, la organización física de las estampillas en los cuadros que se requieren para participar; ellos me dijeron que había la posibilidad de participar en la especialidad de literatura filatélica. Pensé que el tema de los presidentes era muy importante y que podría ser una continuación de mi trabajo como historiador. Como sabes, en 1983 publiqué la primera edición de Presidentes de Bolivia: Entre urnas y fusiles, que tiene cinco ediciones (la última de 2016), y el tema de la investigación: la institución presidencial siempre me pareció fundamental y muy atractivo, más allá de haber yo ocupado el cargo, pues para mí la Presidencia de la República, como hecho de investigación, se generó desde que comencé en los 80 ese trabajo.

1897. Primeras efigies de presidentes en la filatelia boliviana. Frías, Linares, Ballivian, Sucre y Bolívar.

Lo comencé planteándome la cuestión cuantitativa: cuántas efigies de presidentes hay en la historia de la filatelia boliviana que comenzó en 1859; cuándo fue la primera vez en que se imprimieron sellos con figuras presidenciales y qué secuencia tuvieron. Después, certifiqué el hecho de que, de 2.298 sellos bolivianos en el periodo 1859-2017 (en 2018 se destruyó la institución de correos y se “creó” la Agencia Boliviana de Correos que marcó la práctica desaparición del servicio en el país), había 175 dedicadas a presidentes (el 7,6% del total). Pero la cuestión cuantitativa era insuficiente, y en consecuencia me pregunté cómo enfocar un estudio sobre la presidencia en la filatelia y me di cuenta de cuáles eran los presidentes que mantenían una línea de continuidad en cualquier época histórica y otros que eran fluctuantes, desaparecían o eran escogidos en unos momentos, pero no en otros. Obviamente la ligazón más elemental es de carácter ideológico. En los periodos conservador-liberal, nacionalista (civil y militar), democrático y del MAS, encontré el canon presidencial en función del cambio ideológico, a la vez, comprobé que había una continuidad de figuras intocables. Otro aspecto es que se van escogiendo o rechazando presidentes, según la tendencia ideológica dominante. La investigación fue de carácter técnico-cuantitativo primero y de carácter cualitativo después.

Como dices al inicio del libro, la filatelia puede ser una disciplina auxiliar de la investigación histórica. Me parece que tu libro es pionero en este campo en la historiografía boliviana. ¿Qué otras investigaciones de este tipo leíste o en qué material teórico te apoyaste?

Hay investigaciones filatélicas especializadas, pero que hacen énfasis más bien en la cuestión técnica, complementada con la temática. Hay pioneros como Manuel Barrau y José Huertos. Como ejemplos concretos tenemos una investigación de Eugenio von Boeck sobre la emisión de estampillas promovida por Posnansky en 1925 de los motivos de la Puerta del Sol, que no circuló por una acusación de malversación de fondos (el propio Posnansky publicó en 1926 un folleto que justificaba su participación en la serie). No era un estudio de carácter arqueológico o estético sobre la Puerta del Sol, sino cuantitativo y jurídico sobre el proceso de emisión de sellos. Von Boeck también estudió una emisión de escudos de Bolivia de 1894. Marcos Escalier ha publicado varios estudios, entre ellos los más relevantes sobre las “challas” (con el Cerro Rico como imagen principal) de 1859-1863 y los cóndores, serie emitida en 1867 que es el tema simbólico más importante de la filatelia nacional; han sido objeto de estudios los bloques de impresión, la primera impresión,  segunda y tercera, fallas y variaciones de color. Hay también investigaciones-colecciones importantes de sellos, la mayor y mejor, sin duda, la de Martha Villarroel de Peredo. También hay colecciones sobre la guerra del Chaco (Méndez) y sobre la emisión de 1939 dedicada a la fauna boliviana, la primera que se hizo en la historia. Pero, una investigación de carácter interpretativo ideológico como el que he realizado, no la conozco.

Hay que mencionar también como imprescindibles los catálogos de sellos de Bolivia. Entre los más conocidos los publicados por CEFILCO, CEFIBOL (Daniel González), Escalier y Espada, que en varios casos incluyen detalladas investigaciones explicativas para los filatelistas.

En la historia, muchos países adoptaron los sellos postales y las monedas y medallas como plataformas de difusión de su cultura. En este sentido, ¿crees que hay nexos entre la filatelia y la numismática?

Sin duda. Aunque, la numismática tiene menos emisiones por razones de la duración de la moneda en metálico o en papel, por la estabilidad y por la circulación monetaria. Ambas tienen simbología significativa y escogen motivos que quieren difundir masivamente y que responden a una intención de transmitir determinados valores. En el caso de la filatelia, por lo anotado, se tiene muchos más motivos utilizados a lo largo de los años

1899. Antonio José de Sucre, impreso por la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco S.A. de Argentina.

¿Se sabe dónde se mandaba imprimir las primeras estampillas, sobre todo las del siglo XIX?

Las primeras emisiones, la de las llamadas “challas” y los cóndores, fueron impresiones locales. Entre 1868 y 1899 se hicieron en Estados Unidos (American Bank Note), en Bolivia por Litografía Boliviana, en Inglaterra por Bradbury & Wilkinson Co., en Francia por Endes y Chassepot y en Argentina por la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco S.A. La primera emisión con imágenes de presidentes (1897) fue hecha en Bolivia por Litografía J.M. Gamarra.

Tu investigación abarca el periodo 1863-2017 —año este último en que ECOBOL se cerró— y está enfocada en los presidentes retratados en las estampillas. ¿Qué otro tipo de imágenes había en los sellos, más allá de los rostros de los presidentes?

Las primeras estampillas presidenciales aparecen en 1897. Incorporé solamente sellos postales con efigie presidencial. A veces hay series de estampillas con varios héroes nacionales; en una serie de ocho estampillas, por ejemplo, la de 1909, están Warnes o Murillo o Arze… y Bolívar y Sucre, en ese caso solo tomo a Bolívar y Sucre. Hay otras que hacen referencia a temas presidenciales, que están incluidas como apéndice en este recuento, como encuentros presidenciales; por ejemplo, en 1947 hay una estampilla del encuentro entre Hertzog y Perón, en la que aparecen los escudos de Bolivia y Argentina, la coloco en una secuencia aparte (“Encuentros presidenciales”). Luego hago un breve estudio sobre golpes de Estado y revoluciones. Por ejemplo el golpe de Estado del MNR y Radepa de 1943, la caída de Villarroel en 1946, que fue brutal y sangrienta, conmemorada con estampillas en 1947. La serie más conocida es la de 1981 en homenaje al golpe de 1980 de García Meza, una de cuyas estampillas fue objetada por la URSS, pues un mástil con la bandera de Bolivia está destruyendo la hoz y el martillo, motivo principal del escudo soviético. Es una serie que obviamente expresa ideología a través de los sellos postales.

Ballivián (excluido en la época del MAS), Santa Cruz, Sucre y Bolívar, los cuatro presidentes reconocidos en casi todas las épocas, independientemente de las tendencias ideológicas dominantes. Emisión de 1975 en ocasión del sesquicentenario de la República.

Según tu investigación, Sucre, Bolívar, Paz Estenssoro, Evo Morales, Santa Cruz y Ballivián son los presidentes más representados en las estampillas. (Banzer se hizo una estampilla grande). ¿Harías una diferencia entre las representaciones por valoración histórica, por un lado, y por culto a la personalidad, por otro?

Hay cuatro figuras (en realidad, tres más una) que son las “intocables”, a quienes la historiografía no cambió en su valoración y a quienes la filatelia mantuvo de manera inalterable, independientemente de la ideología conservadora, liberal, nacionalista revolucionaria, democrática o plurinacional: Bolívar y Sucre (casi deificados, son imágenes-mito),

1901. Andrés Santa Cruz.

Santa Cruz, que se suma con presencia constante y Ballivián un poco menos. Este último no aparece en la época del Estado Plurinacional. Respecto al culto a la personalidad, es significativo establecer que las dos figuras claves son Paz Estenssoro (y en menor medida Hernán Siles Zuazo) en la época del nacionalismo revolucionario y Evo Morales en el tiempo del Estado Plurinacional; las emisiones de sus efigies son todas en vida. El otro elemento interesante es que, en el periodo democrático es significativo que Jaime Paz Zamora hizo en su gobierno cinco estampillas con su efigie, aprovechando visitas de jefes de Estado extranjeros, como el acuerdo de Ilo, con Fujimori, también aparece con La Calle, con Menem… es el presidente, en democracia, que aparece más veces representado. Pero el culto a la personalidad se da sin duda con Paz Estenssoro y Evo Morales. Significativamente en su cuarta presidencia (1985-1989), Paz E. no aparece representado ni una sola vez.

1943. José Ballivián, emisión que conmemora el centenario de la creación del departamento del Beni.

¿A qué atribuirías la ausencia de Ballivián en algunos momentos? ¿Tal vez a su ascendencia aristocrática?

En el único periodo en que no aparece es en el del Estado Plurinacional, probablemente porque era descendiente de Sebastián de Segurola que tuvo tanto que ver con el sofocamiento de la rebelión de Tupac Katari, pero aparece en todos los demás periodos. La serie más atractiva de la filatelia presidencial, que conmemoró en 1943 el centenario de la fundación del departamento del Beni; con cinco sellos aéreos y cinco terrestres, es de lo mejor logrado en la filatelia presidencial

Montes, Saavedra, Paz Estenssoro y Evo Morales son caudillos que salen en las estampillas mientras Guerra… ¿Lo atribuirías a la personalidad de estos presidentes, que eran mucho más discretos?

Hay una prueba de cuño (una propuesta de emisión) que aparece en mi trabajo para una serie dedicada a Severo Fernández que estaba lista para impresión en 1899, pero estalló la Guerra Federal y la emisión nunca se hizo. En el caso de Villazón y Gutiérrez Guerra… son personalidades de menor calado. La administración de cada uno tiene sus luces interesantes, pero no tienen la talla ni de Pando ni de Montes. En el caso de Pando, la única estampilla que hay se imprimió en el sesquicentenario (1975), cuando -dicho sea de paso- Banzer se hizo una estampilla diferenciada de las demás, más grande junto con la de Bolívar, con una falta de modestia muy característica de la dictadura.

1953, estampilla conmemorativa del primer año de la revolución de 1952-

Hay estampillas de 1947, 1950 y 1981 con leyendas alusivas a los hechos de julio del 46, de septiembre del 49 y del golpe del 80. En este sentido, ¿crees que las estampillas sirvieron para construir un relato legitimador de regímenes?

Definitivamente. Lo mencioné antes y lo ratifico. Hay una conmemoración del golpe de 1930 que derrocó a Siles Reyes, del golpe de 1943 que derrocó a Peñaranda, del levantamiento y asesinato de Villarroel en 1946, de la derrota de la llamada guerra civil de 1949 y del golpe de 1980 que derrocó a Gueiler. Por supuesto hay una de la Revolución del 52 con la efigie de Villarroel, Paz Estenssoro y Siles Zuazo. Es interesante analizar dos figuras que son entronizadas por el nacionalismo revolucionario: Villarroel y Busch, pero sobre todo el primero, que es el mártir asesinado; su figura crece más allá de la dimensión de su gobierno, que fue interesante, pero no tan gigante como su figura repetida sistemáticamente a partir de 1953 hasta 1996.

Más allá de los “indiscutibles” como Sucre, Bolívar o Santa Cruz, las figuras de Villarroel y Busch aparecen recurrentemente, como, curiosamente, en el segundo gobierno de Sánchez de Lozada. ¿Por qué crees que muchos gobiernos tienen un “fetiche” con aquellos dos?

Te diría que hay que distinguir entre Villarroel y Busch. Aquel aparece inmediatamente después de la Revolución del 52; la primera estampilla de Villarroel es el ya citado trio Villarroel, Paz Estenssoro, Siles Zuazo, que -como dije- se emitió en 1953. Mientras que Busch aparece por primera vez en 1971 en el gobierno de Torres. Si bien Busch y Villarroel son dos figuras casi míticas y fetiche, como dices, en el nacionalismo van a ser una especie de propiedad ideológica, pues Villarroel estuvo vinculado al MNR, fue aliado de este partido en un gobierno en el que estaba el MNR. El primer gobierno de Sánchez de Lozada, que emitió una estampilla de Villarroel conmemorando los 50 años de abolición del pongueaje, es también del MNR, independientemente de que ideológicamente ya no se podía considerar como nacionalista revolucionario. 

El libro recibió algunos premios…. ¿Qué instituciones se los dieron y qué significan para ti?

Para mí fue una gran alegría y un orgullo. Fue la primera vez que participé en exposiciones nacionales e internacionales, y el hecho de que en mi primera participación haya obtenido un premio en cada una de las tres exposiciones, me honra. La especialidad de literatura filatélica implica la presentación de un estudio publicado, no es lo misma que la tradicional de las exposiciones de sellos filatélicos. En 2023 participé en la IV Exposición Nacional de Filatelia EXFINA en Santa Cruz de la Sierra y gané la medalla de Vermeil Grande. Eso me impulsó, y les agradezco por ello a Daniel González y José Luis Zeballos, a participar en 2024 en la Exposición Filatélica internacional EXFINA de rango latinoamericano, en la que obtuve la medalla de Plata, en Santiago de Chile. Finalmente, en 2025 obtuve la medalla de Vermeil en la Exposición Internacional de Filatelia FIP-WSE de rango mundial en Montevideo.

En todos estos años en que te tocó estar en política, ¿cómo fueron tus hábitos de trabajo historiográfico o de escritor? ¿Cómo distribuyes tu tiempo para la escritura y la actividad política?

Este trabajo es la excepción en el tiempo en que hice política intensamente, pues tuve muy pocas horas para dedicar a otras actividades. Pero siempre tuve por norma, incluso cuando fui presidente, tener momentos de quiebre completo de los temas políticos para dedicar mi cabeza a otras actividades o descansarla en otras cosas, y la filatelia fue en el periodo 2020-2025 una posibilidad de ocupar unas horas del fin de semana haciendo investigación filatélica, lo cual me limpiaba la cabeza del barullo político. Pero fue excepcional. No pude hacer ya trabajos de mayor envergadura, como los que hice en mi vida no-política, como los libros sobre literatura (La palabra y la trama), el ensayo sobre el mestizaje (La sirena y el charango), o la historia de las políticas públicas (Breve historia de las políticas públicas en Bolivia). Por ejemplo, el libro Historia de Bolivia no lo actualizo desde 2019, cuando me presenté como candidato a la presidencia. Pero ahora que estaré con menos actividad política (aunque todavía quedan unos meses que serán muy complejos), sin duda retomaré la actividad intelectual.

¿Tienes alguna otra colección de documentos históricos que podrían servir para hacer investigación?

No, salvo algunos documentos que me interesan del mariscal Santa Cruz, pero sobre todo de carácter administrativo, no cuestiones vinculadas a su correspondencia, la cual está completamente trabajada por su tataranieto, el ingeniero Andrés Santa Cruz. (Por cierto, quedan algunos tomos pendientes de la publicación sobre el mariscal.) Es la figura más relevante en mi vida como referente histórico y personal.

¿Estás embarcado en algún nuevo trabajo literario?

Estoy terminando un libro autobiográfico, pero no vinculado con la etapa post presidencia. Como sabes, mi libro Presidencia sitiada (2008), abarca el periodo en el que fui vicepresidente y presidente, y no tengo todavía planificado publicar mis experiencias de los cuatro años que estuve como representante de Bolivia para la causa marítima, ya que todavía tienen cierto carácter de confidencialidad, ni la parte política del fraude o la campaña de CC en 2019, 2020 y el periodo de actividad de la alianza política. El libro que estoy trabajando tiene que ver con mi infancia, con mis orígenes (mis abuelos, mis bisabuelos, mi genealogía), pero sobre todo con mis influencias en cuanto a mi pensamiento, lo que representaron las cuatro familias de mis abuelos (3 españolas y una boliviana). Hablo de mis padres, de mis hermanos, de mi esposa, de mis amigos, de una manera muy profunda y de análisis personal. Dice cosas íntimas del carácter de mis padres, de la relación que tuve con ellos, de las cosas positivas y negativas de la familia; no es una elegía. Probablemente haya que esperar un tiempo antes de publicar el libro.

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